La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y sus obras en el mundo han sido para mí un ejemplo de vocación, hospitalidad, humanización y servicio.

Desde mi ingreso al Hospital Universitario Clínica San Rafael hace más de veinte años los Hermanos con su ejemplo, liderazgo y bondad marcaron mi vida personal, humana y profesional con un sello indeleble que cambio mi forma de ver al enfermo y necesitado; me enseñaron a mirar con los ojos de la compasión, la solidaridad, la ayuda y el amor; prevaleciendo siempre el respeto al ser humano.

Aprendí a admirar, vivir, proteger, y amar los principios y valores de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.  La sencillez que caracteriza a los Hermanos y los hace únicos. Su actuar humilde, compasivo  y humano; su dolor por el que sufre, su preocupación por el desvalido, sin indignación por la injusticia.

Aprendí a defender con firmeza y valor su organización, sus ideas y sus obras.

Aprendí a vivir como este mí hogar. Aprendí a amar mi labor, a sentir este como el mejor lugar, no deseo estar en ningún otro sitio. Soy feliz aquí en donde estoy.

Gracias por permitirme compartir mi vida personal, humana y profesional con ustedes. Me siento orgullosa de pertenecer a la familia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Gracias por hacer tanto por otros sin pedir nada a cambio. ! Gracias por siempre ¡