Han pasado casi tres años desde que empecé a colaborar con la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, o mejor dicho desde que recibí “el don” de enriquecer mi experiencia profesional con el valor de la Hospitalidad.

Sentir la necesidad de cargar de “valor” el trabajo y tener la posibilidad de hacerlo siguiendo una guía, creo es un gran don, independientemente del cargo desempeñado, sea éste al Servicio del enfermo o mediante la gestión de los procesos / servicios / organización de los recursos humanos, como en mi caso.

La Hospitalidad requiere compromiso, recorridos de orientación y desarrollo de las competencias comportamentales como por ejemplo la orientación al resultado, al servicio, la comprensión interpersonal y el Trabajo en Equipo.

He captado desde el principio la pragmaticidad de la Hospitalidad y el empeño necesario para hacer que sea “visible” y por lo tanto que sea reconocida por los usuarios de nuestros servicios.

Durante estos años he tenido la posibilidad de contratar a jóvenes formados en Gestión Sanitaria en una de las mejores Escuelas de Dirección Empresarial de Europa y también he podido seguir sus recorridos de inserción en la Empresa; la inserción se ha centrado en el enlace existente entre Management-Gestión y la Hospitalidad y la cultura Empresarial.

Creo que la Hospitalidad, si se suministra como un fertilizante, al crecer la planta dará origen, con mucha probabilidad, a una planta “robusta” que dará excelentes frutos.

¿El reto?

Unir la Formación a la Hospitalidad con la Formación Especializada, la Unión perfecta para lograr el crecimiento y mantenimiento de los Talentos!