Rudolf Knopp

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Alemania

Rudolf Knopp

 

Ser llamado, ser convocado, para mí significa que alguien quiere algo de mí, o bien, que alguien tiene algo que darme. Estar llamado a la hospitalidad para mí significa lo siguiente: Dios me llama a su servicio, pero al mismo tiempo, Dios tiene un don para mí: el carisma de la hospitalidad. En el servicio de gobierno, para el cual me han elegido los Hermanos, estoy llamado a contribuir al crecimiento de la Orden y de su misión. No solo, sino junto con los demás miembros del Gobierno General. En este contexto, considero que mi tarea es llevar el don del carisma de la hospitalidad al prójimo y preparar el terreno para el futuro de la Orden y su misión. En una época de gran transformación para la Iglesia y en una sociedad como la nuestra, en medio de una grave crisis global, parece casi imposible dar una orientación firme y precisa a nuestra Familia de San Juan de Dios. Pero a pesar de mis titubeos e incertidumbres y de mi impulsividad, en los momentos de reflexión encuentro paz en la conciencia de que sólo soy un mensajero de la hospitalidad y no el mensaje. No defino. Interpreto. San Juan XXIII dijo justamente: no te des demasiada importancia. Aunque la calma no sea precisamente una de las cualidades de mi carácter, cada día le pido a Dios exactamente esta cualidad, porque sé que es esencial para vivir mi vocación a la hospitalidad. Encomendarlo todo a Dios… aunque sea más fácil decirlo que hacerlo. 

 

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