Leodegar Klinger

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Alemania

Leodegar Klinger

 

„Hospitalidad para mí es…“

Con gran admiración dirigimos nuestra mirada a los fieles que se han dedicado enteramente y gratuitamente al servicio de los pobres, enfermos y necesitados como San Juan de Dios, el Beato Hermano Eustachio Kugler, la Santa Madre Teresa de Calcuta y muchas otras mujeres y hombres.

Dios es el amor que siempre ha existido.

La esencia del verdadero amor es que no logra retenerse, que se da. Esto es Dios, su naturaleza y su esencia De este amor que se da, ha nacido el hombre.

Nuestro Dios Creador implanta en el corazón de cada hombre la semilla de este amor intenso y eterno confiándole a la libre elección y responsabilidad del individuo Interactuando con el amor de Dios, el amor implantado en el hombre lo lleva a crecer, madurar, realizarse y entregarse.

El Papa Benedicto XVI ,en la encìclica “Deus Caritas est,” ha subrayado con fuerza qué importante es este nexo al servicio de la persona enferma: “Además de la preparación profesional, los operadores sanitarios necesitan también y sobre todo la “formación del corazón.” (31a)

El servicio de la hospitalidad hoy dìa requiere una preparación técnica altamente calificada. Esta preparación debe, sin embargo, estar respaldada por el amor. Pero el amor no se puede“  “producir”o “prestar” igual que otro servicio. Solamente Dios es el manantial de donde el hombre puede recibir y sacar el amor. Puesto que el amor nunca puede prevalecer sobre la      libertad del otro, sólo se puede aceptar libremente. De esta forma el servicio de la caridad se vuelve culto divino.

Nuestro Fundador San Juan de Dios ha sentido cada dìa la necesidad de participar a la Santa Misa para extraer y regenerarse a la fuente siempre eterna del amor de Dios. Solamente así el servicio al enfermo puede alcanzar su pleno significado. 

 

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