Para mí la Hospitalidad es acoger al necesitado, sea cual sea su necesidad, con una sincera alegría, con una sincera naturalidad y con un convencimiento de que lo que se hace por los demás es lo que nos llena la vida, lo que da sentido a nuestra vida.

Ya sea en el mundo de la discapacidad, ese cariño, con una profesionalidad exquisita, ya sea en el mundo sanitario, realizando una asistencia integral y holística, en la que se tengan en cuenta los aspectos no solo de la salud, sino también los psicológicos, los sociales y los espirituales de la persona enferma y de todo su entorno familiar; ya sea en el mundo social, o en muchos casos socio-sanitario, de acogida, de ayuda, de apoyo a la persona, facilitándole desde lo más imprescindible, comida y techo, como el apoyo, para la reinserción de nuevo a la sociedad.

Para mí la Hospitalidad, es ver en el otro a Jesús, es tratar; ayudar; escuchar; darse a los demás, viendo su rostro en los demás, siguiendo el ejemplo de atención de San Juan de Dios en todos los necesitados.