Maria Teresa Maia Gonzalez Menano Costa

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Voluntaria

Portugal

Maria Teresa Maia Gonzalez Menano Costa

 

Este año 2014 se cumplen quince años de mi servicio como voluntaria en la Clínica Psiquiátrica de San José, en Lisboa. Siendo una clínica de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, ahí encontramos su carisma (y muy fuerte), algo que desde el principió me impactó positivamente.

Hace mucho tiempo tuve la gracia de descubrir que es difícil encontrar algo más poderoso en este mundo que el corazón de un voluntario, porque en él vive el Corazón de Jesús, que se entregó a cada uno de nosotros y que se identifica sobre todo con las personas que sufren y con quienes las cuidan, prestándole la asistencia.

La persona que tiene una enfermedad psiquiátrica o discapacidad es la razón de ser de esta clínica y por lo tanto también de este servicio que tengo el privilegio de desempeñar y del que me siento muy agradecida.

Cada semana, mi corazón sale fortalecido por el ejemplo de las Hermanas Hospitalarias, con las que he aprendido que si queremos ser felices, no es suficiente dar – hay que darse.

Cada semana hay un hermano enfermo que me enseña a amar mejor.

Cada semana el árbol plantado en mi corazón el primer día que llegué a este centro crece y da nuevos frutos que enriquecen considerablemente mi vida.

Quien ama tiene atenciones. El voluntario hospitalario intenta sobre todo seguir las huellas del buen Samaritano, atendiendo a quienes sufren: mirar (con ojos para ver), acercarse (sin prejuicios), escuchar (atentamente), dar la mano (sin intereses) y comunicar con ese lenguaje del amor universal que es la sonrisa. 

 

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