Hace 12 años, fui invitada a trabajar por esta causa, por una Señora amiga que hacía mucho tiempo se dedicaba al servicio de nuestra Iglesia aquí en San Pedro Sula. Comencé a conocer a  San Juan de Dios y su amor por los más necesitados, asistí a charlas, retiros, sesiones, planificaciones y todo lo que implica organizar un grupo de Amigas de San Juan de Dios.

Creí en la labor que hacíamos convencida que este proyecto es de Dios, que Dios en su infinito Amor está al frente de todo lo que hacemos si nos dejamos guiar por El y no por nuestro falso yo. Es por eso que San Juan de Dios en mi vida ha significado un cambio radical en como ver a mi prójimo. Como no amar esta institución donde Dios me preparo para conocer de cerca el dolor por la falta de Salud Mental, y a través de esta experiencia donde aprendí lo más importante en el trato a los enfermos cuando tuve que asistir a una persona muy cercana a mí. Aquí encontré todo el apoyo y la calidad de servicio que se les presta a los enfermos. Trabajar como Voluntaria y Amiga de San Juan de Dios ha sido una realización en mi vida, convencida que dando a los más necesitados es cuando más recibimos. Conocer y trabajar en la obra de San Juan de Dios, ha sido muy enriquecedor y esto da sentido a mi vida, porque me realizo como ser humano y como cristiana.