José Joaquim Fernandes

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Brasil

JOSÉ JOAQUIN FERNANDES

 

Nací en un pueblo del interior de Portugal, hace más de 100 años, en 1913, en una familia pobre en cuanto a bienes materiales pero muy rica en cuanto a valores y cristianos. Un día, mientras recogía cerezas, me fracturé un brazo.

Con 16 años acepté la invitación de un hermano encargado de la pastoral vocacional de la Orden en mi zona y, fui a la Casa de Telhal, hospital psiquiátrico y Casa de formación de la Orden. Con 18 años emití la profesión y empecé mis estudios de enfermería además de trabajar. Con 26 años ya estaba en nuestra casa de Madeira, de la que fui superior de 1940 a 1946, teniendo que encarar las inmensas carencias provocadas por la II Guerra Mundial.

Al volver al  continente, seguí sirviendo a la Orden desempeñando cargos de autoridad incluso como Superior Provincial, de 1956 a 1965, que fue una época de expansión de la Provincia de Portugal, gracias a Dios.

Vivo en Brasil desde 1965, trabajé primero en Rio de Janeiro y, a partir 1969, en Itaipava-Petrópolis.

He vivido estos primeros 100 años de mi vida en una buena época, llena de desafíos asistenciales que no nos dejaban tregua. Ha sido fácil y difícil: fácil, porque, cuando ponemos algo de nuestra parte Dios completa la obra; difícil, porque donde hay personas hay dificultades.

Hoy en día mi misión es muy limitada debido a las circunstancias, pero quiero llegar hasta el final con algunas certidumbres que me han acompañado desde siempre: no venimos a la vida religiosa para ser enfermeros sino para ser santos; sólo Dios vale la pena en nuestra vida, a través de la Virgen María llegaremos a Cristo.

Agradezco todas las atenciones de los hermanos y colaboradores que me atienden y a los más jóvenes les recuerdo siempre que es feo pasar por este mundo sin tener a Dios como ideal. 

 

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