En el contacto directo con los pacientes, la hospitalidad se puede vivir en numerosas situaciones.

Sin duda alguna en los procesos administrativos de la administración central, donde trabajo yo, es más difícil de percibir. En nuestras oficinas no vemos ni al enfermo ni al necesitado. Mi trabajo tiene, sin embargo y aunque sea de forma indirecta, un impacto en los pacientes, asistidos, religiosos y colaboradores de los centros.

Mantener viva esta conciencia es un reto constante para mi.

Estando en contacto con los centros y con el personal logro sentir que yo también contribuyo para que se alcancen los objetivos que perseguimos juntos por el bien de los enfermos. Las herramientas que uso para este fin son mis conocimientos sobre el uso eficiente de los recursos financieros, la consultoría en los centros, la coordinación de las obras en el marco de una planificación a largo plazo.

Por las informaciones y por las respuestas que me envían los centros a mi oficina me entero si mis esfuerzos han tenido éxito. Gracias a estas informaciones participo de una forma sorprendentemente viva al impacto de mi actividad laboral, que, por lo general se considera “aburrida”.

Hospitalidad para mi también es mi forma de tratar con mis compa˜˜eros de trabajo en la administración central, porque nuestra forma de relacionarnos es un testimonio hacia fuera.

El proyecto de San Juan de Dios y la fe son la base del éxito de mi trabajo.