Günther Minten

   

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Günther Minten 002

Voluntario

Alemania

Günther Minten

Hablar de hospitalidad significa considerar las múltiples formas de hospitalidad existentes. Debido a que por trabajo viajo mucho, he tenido la oportunidad de conocer muchas formas de hospitalidad. Por motivos obvios, no me referiré a aquellas formas de hospitalidad ofrecidas bajo el perfil comercial o de grandes eventos.

Quisiera en cambio contar una experiencia de hospitalidad imprevista y espontánea que viví en Irán, donde estuve alrededor de mes y medio para montar una gran máquina textil.

Para dicho trabajo me pusieron a un colaborador iraní. Entre nosotros enseguida hubo un excelente entendimiento. Ambos forofos del futbol, empezamos a hablar de la Bundesliga (el campeonato de futbol alemán) cuyos partidos se retransmiten a menudo en la televisión iraní. Fue así como mi  compañero de trabajo me invitó a su casa. Su familia era una familia típica iraní donde convivían cuatro generaciones que compartían un único espacio para coger agua y una cocina; los dormitorios y el salón eran ambientes separados para las diferentes generaciones. Además había varios espacios de trabajo donde tejer e hilar las alfombras.

Me acogieron con gran cordialidad y puedo decir que fui un huésped, a todos los efectos, de una típica familia ampliada iraní.

La primero que me saltó a la vista es que en esa casa no se sabía qué era el estrés. Todos tenían que respetar ciertas reglas. Los ancianos gozaban de gran consideración y el huésped siempre era considerado huésped de todos. Los ancianos tejían, en un antiguo telar, pañuelos de seda, mientras que los jóvenes tejían alfombras en un local contiguo. Todo a mano. El cetro en casa y en la cocina estaba en manos de las mujeres. Allí son ellas las que deciden lo que se hace y lo que no se hace. Las comidas se consumen por separado: hombres e hijos varones por un lado y mujeres por otro. A pesar de ello, me sorprendió profundamente la sencillez y la ligereza con la que vivían juntos. He de admitir de todos modos que siempre evité hablar de política y de religión.

Durante mi estancia fui a visitar a menudo a esta familia y siempre me acogieron calurosamente. Gracias a estos encuentros pude conocer mejor la cultura y la naturaleza de Irán. Para entender a estas personas es necesario conocer su cultura.

Aprendí muchas cosas positivas durante esa temporada y de vez en cuando me pregunto si acaso nuestra manera de vivir es realmente la mejor.

La hospitalidad requiere siempre a un huésped que sepa valorar la amabilidad de quien lo acoge.

 

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