Ladislav

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Religioso

Repubblica Ceca

 Ladislav

 

Hace muchos años, cuando todavía era joven, el Señor me dijo: “¡Ven, sígueme!” Yo contesté: “Sí, Señor, pero ¿qué será de mis padres?” “No te preocupes por ellos, ya me ocupo yo”. “¡Sígueme!”

Durante la época comunista fui internado en un campo de trabajos forzados donde construían aviones. Fue allí donde conocí a los Hermanos de San Juan de Dios. Al finalizar la segunda guerra mundial, llamé a la puerta de la Casa de la Orden de Praga. Los Hermanos me acogieron e introdujeron en la vida religiosa. Ellos me enseñaron sobre todo a cuidar de las personas mayores, enfermas y necesitadas que en aquel entonces atendíamos en el hospital de Praga.

El hospital era nuevo y moderno. Para poder trabajar en el hospital, tuve que asistir a la escuela de enfermería. Me saqué el título de enfermero y trabajé casi siempre como instrumentista en el quirófano. A menudo me ocupaba también de la anestesia. A pesar de la cantidad de trabajo, nunca olvidé visitar a los pacientes ancianos ingresados en el hospital.

Pero mi alegría duró poco: en 1948 todos los hospitales fueron nacionalizados y a nosotros, los religiosos, se nos prohibió ejercer de enfermeros.

En 1960 tuvimos que dejar Praga e ir donde el sistema comunista nos mandaba. A mí y a algunos hermanos más nos enviaron al monasterio de los benedictinos de Broumov. Era un edificio inmenso donde también habían alojado a monjas. Todos juntos teníamos que trabajar en una fábrica textil, y así, de repente, me convertí en reparador de máquinas de coser. Éramos en total 300/400 personas, siempre bajo la vigilancia de la policía.

En 1968 me dieron el permiso para regresar a Brno y vivir en nuestra casa. Ahí tuve que atender de nuevo a los pacientes ancianos del hospital.

Quisiera decirles a los jóvenes de hoy que no tengan miedo del futuro. Quien confía en Cristo y le ofrece su vida, no tiene nada que temer. Siempre he sido optimista en mi vida porque sabía que Dios siempre me apoyaba en mis decisiones.

En el año 2010 el Hno. Ladislav obtuvo el premio “Celestyn Opitz“ por su incansable labor a favor de los necesitados.  En el año 2013 obtuvo otro premio por la reconstrucción del primer hospital religioso de la República Checa, después de la segunda guerra mundial, en la ciudad de Vizovice. 

 

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