He conocido a los hermanos de San Juan de Dios a los 17 aňos, mientras participaba a un campamento de vacaciones de verano.Esta experiencia ha sido para mì el primer contacto con la realidad de la salud mental y la comprensiòn de un Dios màs cercano,omnipresente con respecto al que hasta entonces me habìan presentado.Al aňo siguiente entrè en el movimiento Juventude Hospitaleira (Juventud Hospitalaria) empezando entonces un camino de formaciòn cristiana y evengélica que me llevò a Mozambique, como laico misionero hospitalario, desde enero de 1995 hasta junio de 1997..

La experiencia misionera hospitalaria en Mozambique me permitiò también llevar a cabo un discernimiento vocacional que terminò con la decisiòn de consagrarme a Dios como hermano de la orden hospitalaria. Terminé el postulantado y luego entré al noviciado interprovincial de Espaňa y Portugal, desde 1991 hasta 999. El 12 de septiembre de 1999 emitì la profesiòn simple como hermano de san Juan de Dios. .Desde pequeňo siempre he querido ser misionero y la experiencia de Mozambique ha confirmado este sentimiento vocacional de estar al servicio de los demàs en las “zonas de frontera”, para compartir la vida con los que viven a los “màrgenes” sociales y territoriales: esto representa al mismo tiempo un desafìo y un imperativo evangélico.Como hermano hospitalario he tratado de ser coherente con este llamamiento vocacional y hoy puedo decir que me siento realizado por lo que he hecho, lo que hago y lo que me siento llamado a hacer, tanto en Timor – Est donde he vivido los ùltimos 10 aňos ( desde 2004 hasta 2014 ) y donde tuve el privilegio de poder vivir la hospitalidad con una nueva realidad cultural como la de  superior provincial de los hermanos en Portugal, Brasil y Timor-Est; una misiòn que los hermanos reunidos en el ùltimo capìtulo provincial me han pedido que asumiera.