Thomas Väth

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Alemania

Thomas Vath

 

Era una noche helada de enero 2007, el camino delante de casa estaba cubierto de nieve . Faltaban pocos días a mi entrada en la Orden de los Hermanos y como de costumbre dormía con las ventanas algo abiertas . De repente me desperté  en plena noche y oí una voz  algo flébil que imploraba : “María Santìsima ayúdame. ¿ No hay nadie que me ayude ?” Me levanté y miré por la ventana. En la luz débil de un farol apercebí una sombra doblada en la nieve que seguía con su débil grito de ayuda. BaJé, abrí el portal y llamé a la sombra. Se trataba de una mujer mayor en evidente estado de confusión. Llevaba solamente el camisón y caminaba descalza en la nieve. La invité a entrar ; le preparé un té caliente y la tapé con una manta. Poco a poco la mujer empezó a hablar. Enseguida comprendÍ que se encontraba en un estado de demencia. Después de algun titubeo, la mujer  me reveló su nombre y su dirección. Pero la casa que me dijo habìa sido derrumbada años atrás . No encontré su nombre en la guìa. Tuve que llamar a la policìa que después de averiguar, logró encontrar a la hija.Al poco tiempo la hija llegó para recuperar a la madre que se había ido de la casa  por una ventana, perdida por horas en el frío de la noche. Saludándome, la anciana le decía a la hija, mientras se iban: “Qué noche más hermosa. A lo mejor hay que invitar a este jóven a la casa, ha sido tan amable.” 

 

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