La hospitalidad según el estilo de San Juan de Dios transciende el ámbito de los Hermanos que han hecho la profesión en la Orden. Impulsemos la visión de la Orden como “Familia Hospitalaria de San Juan de Dios” y acojamos, como don del Espíritu en nuestro tiempo, la posibilidad de compartir nuestro carisma, espiritualidad y misión con los Colaboradores, reconociendo sus cualidades y sus talentos.

Estas frases extraídas del segundo capítulo de los Estatutos Generales de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, son para mí fundamentales en el trabajo y regulan las relaciones con los hermanos y los colaboradores. Desde hace muchos años estas palabras me ayudan a desempeñar las obligaciones profesionales en armonía con los valores cristianos.

Procedo de una ciudad donde durante casi 70 años los Hermanos de San Juan de Dios no podían gestionar de forma autónoma su hospital. Al principio como monaguillo, luego como estudiante y al final como voluntario, he tenido la posibilidad de observar la vida religiosa y acompañar a los hermanos en el ministerio de la hospitalidad.

En el año 2009, el hospital volvió a formar parte de las obras de la Orden consintiéndoles a los hermanos que brindaran nuevamente y de forma plena a los habitantes asistencia, según el estilo carismático de San Juan de Dios.

He colaborado para que se devolviera el carácter original al hospital ya que mi actividad ha servido, entre otras cosas, de enlace entre los hermanos y el personal médico y administrativo. Es decir, ha sido una ocasión única para observar como, a través de los valores transmitidos por la Orden, cambia cada persona y su trato con los enfermos. Sobre todo ha sido importante el apoyo de las otras obras de los Hermanos de San Juan de Dios en todo el mundo. Su idea sobre la aplicación de la hospitalidad, llena de misericordia, me ha permitido entender mejor su carisma y transmitir mi experiencia con el fin de ayudar al hospital después de haberlo retomado.

Debido a que mi trabajo es de tipo administrativo, no tengo la posibilidad de atender de forma directa a los enfermos. De todos modos, cada día trato de desempeñar los cometidos de la “gestión carismática”.