Como no dar gracias a Dios si de manera sutil y como con cuerdas de amor continua guiándome en mi misión como hijo suyo en este camino de santidad.

No solamente me llamó por mi nombre sino, que me instruye y me guía, tal como lo hizo en el 2007 cuando reorientó mi vida con el llamado al sacramento del matrimonio y me mostró su rostro misericordioso en el ejercicio profesional al revelarme la belleza de la sencillez y de la necesidad de proteger la dignidad humana, como lo hizo San Juan de Dios.

Esta experiencia Juandediana ha permitido ver en el Enfermo y sus cuidadores lo que en realidad son: Hijos de Dios que requieren su misericordia.

Esto ha hecho reorientar mi labor profesional en asistir al enfermo, no solo con la garantía de buenas alternativas terapéutica sino en brindar apoyo Espiritual y emocional; propiciando actividades de Atención Farmacéutica, Apoyo en actividades litúrgicas y en Honor a San Juan de Dios, participando en el festival de canciones inéditas y los Miércoles liderando un espacio de Oración y reflexión Junto con Pastoral de la salud en el que pacientes, cuidadores y Colaboradores podamos tener un encuentro con Jesús Resucitado.

Dios tiene un plan especial para cada uno de nosotros, le pido que en el Nombre de Jesús, con la fuerza del Espíritu Santo y por la intercesión de Nuestra Señora del Buen consejo podamos cada día descubrirlo y comprometernos en su ejecución para nuestro bien y el de la iglesia