Vit Pospichal

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaborador

Repubblica Ceca

Vit Pospichal

 

Soy un estudiante de la Facultad de Relaciones Internacionales y Estudios Europeos de la Universidad Masaryk de Brno en la República Checa. Estoy en contacto con los Hermanos de San Juan de Dios prácticamente desde siempre. Con seis años empecé a ejercer de monaguillo en su Iglesia y en la Capilla de su Hospital. Cuando inicié mis estudios universitarios, busqué una actividad que me permitiese hacer algo práctico. Durante seis meses hice turnos nocturnos en una tienda de alimentación. Cuando se lo conté al Superior de los Hermanos de la República Checa, es decir al Delegado Provincial, sonrió porque él, justo en ese momento, estaba buscando un secretario particular. Desde entonces me he convertido en su asistente personal; además me ocupo de las relaciones públicas de la Orden en la República Checa.

Mi tarea no es sencilla, sobre todo en la República Checa, donde en 50 años de régimen comunista se les ha inculcado a la gente una profunda desconfianza, y en muchos casos incluso un verdadero odio hacia la Iglesia. Mi deseo es que consigamos reconquistar la confianza de la gente demostrándoles que hacemos una buena labor.

También soy el responsable de la revista con la que presentamos nuestros valores. Además organizo un evento donde entregamos un premio por los méritos extraordinarios en la asistencia. Por lo demás, hago todo lo posible por ser un modelo de hospitalidad para mis compañeros de trabajo. Organizo también eventos, exposiciones y conciertos de beneficencia a favor de los enfermos de nuestros hospitales y mucho más. Paso por lo tanto mucho tiempo con los Hermanos y me esfuerzo por ser siempre útil para ellos.

Aunque sólo tengo 25 años, siento la gran responsabilidad de contribuir a la continuidad de la Orden. La Orden existe en la República Checa desde hace más de 400 años. Aunque yo no trabajo en contacto directo con los enfermos, para mí es siempre un motivo de alegría entrar en contacto con ellos, porque me doy cuenta de su situación de necesidad y siento la responsabilidad de no dejarles solos en las dificultades. A pesar de no ser ni médico ni enfermero, puedo ofrecer a los enfermos mi presencia y cercanía, física y espiritual.

Tengo un vínculo muy estrecho con los Hermanos. Mi abuelo tocaba el órgano en una iglesia de la Orden y mi otro abuelo trabajaba de manera esporádica como médico en un hospital de los Hermanos. Estoy por lo tanto muy agradecido de poder trabajar con y para los Hermanos. Es un trabajo muy importante para mí, porque siento que con ellos puedo crecer tanto humana como profesionalmente. 

 

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