He tenido el gusto de estar en esta casa del Albergue hace unos 27 años y tuve la suerte de ingresar a los tres meses de inaugurar la sede del Tejar. He tenido el gusto de conocer a muchos Hermanos con grandes cualidades ya que la Orden los ha formado con ese carisma de servir a la gente y algo de eso he aprendido y me siento feliz, me ha ayudado en mi vida, en mi casa, y en todo, pues la experiencia que he vivido es grande y la he compartido con mis hijos, mi esposa, e inclusive aquí en mi trabajo, con mucha gente. Y agradezco a Dios el haber tenido la suerte de haber venido a esta casa de la Orden Hospitalaria.

He tenido la oportunidad de asistir a algunos retiros espirituales que se organizan donde uno renueva la entrega a Dios y a la Orden.

He conocido al Hno. Antonio Rangel y lo admiré como una gran persona, muchos Hermanos más y entre ellos al Hno. Elías del cual tengo una experiencia que me marcó. Salían los Hermanos temprano a la misa diaria de madrugada y había una persona borracha que estaba en la acera, le alcanza a ver, le habló y le dijo qué haces aquí. El Hermano se sacó su abrigo y se lo dio al borracho. Esa experiencia me impactó tremendamente. Y así muchas otras cosas más.