Trabajo en el Centro para Personas Sin Hogar de Chuncheon, Corea del Sur. El centro es un servicio residencial para personas sin hogar, enfermos, alcohólicos y personas con trastornos físicos o mentales. Cuando tenía 21 años comencé a trabajar como voluntario y a vivir en el centro. En aquella época, tenía algunos problemas difíciles en mi vida personal. Estaba centrado en mí mismo como un niño inmaduro. Las personas del centro son semejantes a las personas a las que dedicó su vida San Juan de Dios. Estas personas tenían historias muy desafortunadas y tenían una actitud de sospecha para con los demás. Vi cómo los Hermanos y colaboradores trataban a los residentes con respeto, ofreciéndoles una atención holística. Me sorprendió mucho esta actitud y gradualmente me di cuenta de que buscaba algo más en la vida. Pasé mucho tiempo meditando sobre la vida y sobre lo que sucedía a mi alrededor. Al acabar mis dos años de trabajo voluntario residencial en el Centro, decidí estudiar para ser Asistente Social en lugar de llevar adelante mis estudios de arquitectura. Volví al Centro como colaborador contratado en el año 2000. Mi cambio de vida y mis experiencias me parecen insignificantes si las comparo a las de otras personas. Sin embargo, creo que la Providencia del Señor me ha llamado a seguir el estilo de San Juan de Dios según las enseñanzas de Jesucristo, quien dijo: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros".  (Juan 13,34)