Victor Naroumbo

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Africa

Victor Naroumbo

 

Vengo de una familia animista y pagana y siempre he vivido en un entorno animista y pagano, incluso en la escuela.

Al padecer de la vista desde mi infancia, una cuñada me aconsejó que fuera a curarme a Tanguiéta. Le hice caso y fui.   La hospitalidad que recibí allí y, sobre todo el ambiente que reinaba por las noches en las plantas entre los pacientes y entre los postulantes y el maestro de postulantes me impactaron mucho y suscitaron en mi el deseo de ser un Hermano de San Juan de Dios. En seguida hablé con algunas personas y con los hermanos para informarme sobre el hospital y sobre la vida de los hermanos que atendían a los enfermos. En cuanto supe todo lo necesario decidí ir a la iglesia para convertirme y recibir todos los sacramentos, requisito indispensable para poder entrar en la Orden de esos hermanos tan compasivos.

Mi vocación nació por lo tanto de la maravillosa hospitalidad que recibí, de la satisfacción por los cuidados recibidos y sobre todo de la fraternidad y amor por los enfermos encarnados en los hermanos que conocí

Tras cuatro años de catequesis recibí el bautismo y la confirmación. Durante esos cuatro años los hermanos me invitaron a que pasara las vacaciones escolares con ellos.

Al terminar el bachillerato y tras recibir los sacramentos aceptaron mi solicitud para entrar en el postulantado. Esta aventura en la vida consagrada empezó en el año 2000.

ALGUNAS FECHAS IMPORTANTES DE MI FORMACION RELIGIOSA:

POSTULANTADO: 2000-2002          NOVICIADO : 2002-2004           ESCOLASTICADO: 2004-2011

Durante el postulantado cometí una falta y no obedecí a mis superiores por lo cual anularon mi admisión al noviciado y tuve que repetir el postulantado.

El noviciado transcurrió sin problemas.

En el escolasticado llevé a cabo también mi formación profesional sin ninguna dificultad.  Cursé un año de medicina y fracasé, tuve que cambiar mi orientación profesional. Me sentó muy mal (mi segunda herida). ¿Qué podía hacer? Obedecer, perdonar y pedir perdón para sanar mis heridas y realizar otro tipo de formación.

Con la ayuda de Dios, de la Virgen María y el apoyo de algunos amigos llegué a puerto seguro. ¡Que Dios sea alabado!

Hoy soy Hermano de San Juan de Dios gracias a mi determinación, al perdón dado y recibido y a la perseverancia en la oración. 

 

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