Soy colaboradora de la clínica San Juan de Dios de Manizales desde hace 25 años, cuando ingresé a la  institución comprendí que estaba en el lugar que había buscado por mucho tiempo; comencé a conocer los pacientes y a comprender que Dios le pone a uno en el camino las cosas y las personas que lo harán crecer y así sucedió. Empecé laborando en diferentes lugares y áreas de la clínica y en cada una de ellas veía que alguien de una manera u otra necesitaba de mi buen servicio y comprensión, así fuese lavar y cuidar bien sus ropas, orientarlos de una buena forma, y ahora mucho más en mi nueva labor, escucharlos y resolver sus inquietudes de una manera que sólo Dios me ha podido guiar como hacerlo. Es por eso que quise pertenecer a la Pastoral de la Salud de la Clínica porque es la manera como me identifico ante mis compañeros, y así se los hago sentir, pero pienso que debemos dar mucho mas de ese amor que tenemos para los pacientes en cada uno de nuestros actos y labores diarias. Doy gracias a Dios y a la Orden Hospitalaria por permitirnos permanecer en una institución que piensa en la Hospitalidad, el respeto y el amor a todos sus asistidos, así como a nuestro patrono San Juan de Dios.