Soy el menor de una familia con 8 hijos que vive en un pueblo de la diócesis de Khandwa. Mis padres son muy religiosos y temerosos de Dios. Mi padre es muy conocido por ser un hombre muy compasivo. Siendo el más pequeño de mis hermanos, me crié en el amor de toda mi familia. Cuando asistía a la escuela, me sentía atraído por el estilo de vida lleno de oración de los miembros del clero y de los religiosos a quienes conocía. El párroco, que era un hombre muy espiritual y vivía una profunda vida de oración, era muy hospitalario hacia las necesidades del prójimo. En otras palabras, al crecer tuve muchos buenos ejemplos de la hospitalidad. En un principio pensé en ser sacerdote, pero cuando cumplí 18 años, asistí a un campamento vocacional en Deshgaon, en el que oí hablar de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Me puse en contacto con los Hermanos y me invitaron a "venir y ver". Vi la gran compasión que mostraban a todas las personas necesitadas. Su idea de la hospitalidad también incluía salir al encuentro de la gente, en lugar de esperar sencillamente que vinieran a pedir ayuda. Me dijeron que así había actuado también San Juan de Dios en Granada. Cuando hablé con mis padres y mis hermanos, todos me brindaron su apoyo en cuanto a mi idea de entrar en la Orden. Fueron hospitalarios para con la idea de que el más joven de nuestra familia llevara adelante la tradición de compasión por los demás que nos habían transmitido nuestros padres.