Soy Elena Echeverry de Uribe, voluntaria de la Clínica San Juan de Dios desde hace 40 años, mi testimonio de hospitalidad ha sido básicamente el acompañamiento a los pacientes internos, prestándoles una ayuda desinteresada, sin esperar ni aceptar ningún tipo de compensación material, brindándoles sobre todo amor y comprensión, con todo desprendimiento, sin ningún interés más que servirle a las personas menos favorecidas, siguiendo el ejemplo de nuestro hermano mayor Jesús. Pero no solamente el ejemplo de Jesús, sino también la herencia que me dejó mi madre (clara vocación de servicio), quien dedicó muchos años de su vida a ayudar a otros a escondidas de toda la familia, sólo cuando fallece nos enteramos que apoyaba económicamente a muchas personas. No solamente queda la satisfacción de poder ayudas a muchos enfermos, sino también de ser recompensada con un bonito hogar y unos hijos adorables, sólo retribuciones recibidas. Doy gracias a la Clínica por permitirme desarrollar como persona, de poder formarme en cuanto a la actividad que realizo, de tener un acercamiento a los fundamentos ideológicos y a la misión de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, a través de las actividades que lidera el mismo Comité interno de Pastoral de la Salud y Humanización.