Robert Buehringer
365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD |
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Colaborador |
Austria |
Robert Buehringer |
Llevar a hombros a alguien por un trecho del camino.
Soy el responsable de la secretaría de la Provincia de Austria, es decir que me ocupo principalmente de cuestiones administrativas. En mi despacho hay un cuadro colgado en la pared que muestra a San Juan de Dios llevando a hombros a un anciano mientras lo saca del hospital real de Granada en llamas. Para mí ese es el núcleo de la hospitalidad: “llevar a hombros a alguien por un trecho del camino”. Como scout encontré esa verdad en la máxima: “Cada día una buena acción”.
Todos pasamos por fases de nuestra vida donde necesitamos que nos lleven a hombros por un trecho del camino, porque solos no lo conseguimos. Esa forma de ayuda no significa sin embargo que tengan que llevarnos a hombros siempre, pero hay situaciones, dificultades y obstáculos que no conseguimos superar solos, y en esos momentos necesitamos los hombros de los demás.
Los colaboradores de la Orden que no están en contacto directo con los pacientes contribuyen a la hospitalidad de manera diferente respecto a los demás; por ejemplo, como manos que conservan documentos, como guardas de tesoros valiosos, como intérpretes de textos legislativos, como revisores de contratos, como atentos observadores de números y datos. Pero también sencillamente escuchando al prójimo que busca una respuesta a un problema difícil. En un equipo administrativo además es muy importante apoyarse mutuamente a nivel profesional, porque a menudo el mundo administrativo es una jungla donde no se puede sobrevivir sin una brújula, sin una linterna y sin unas amarras de seguridad. Localizar juntos la mejor ruta nos lleva al camino adecuado para salir de la jungla.
En el cuadro mencionado, junto a San Juan de Dios hay un hombre que a su vez intenta proteger a nuestro Santo fundador. Yo veo mi servicio precisamente con este enfoque: estar al lado de todos, religiosos, colaboradores, voluntarios etc. junto a quienes trabajan en contacto directo con el enfermo, ofreciéndoles todo el apoyo posible, caracterizado por otra máxima de los scout: haciéndolo todo de la mejor forma posible.