Maria Antonia Romo
365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD |
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Voluntaria |
Andalucia |
Maria Antonia Romo |
Después de una etapa existencial realmente difícil de mi vida, unida a la que me corresponde ya por mi edad, es decir, hijos que se casan y tiempo suficiente que queda para reflexionar y buscar un sentido más profundo a mi vida; decido acudir al hospital de los hermanos de San Juan de Dios, con el convencimiento de que los cuidados que en ocasiones puntuales he desarrollado con personas de mi entorno familiar, podría llevarlo acabo con todo tipo de personas que lo necesiten.
La acogida fue muy entrañable, me incorporé a paliativos y al poco tiempo, allí encontré tanto en mi etapa de pre-voluntaria, como ya voluntaria solo apoyo, cariño y reconocimiento por parte de mi tutora, responsables y profesionales del Centro.
Todo esto constituye una ayuda innegable, pero con el paso del tiempo fui descubriendo que la verdadera ayuda y la fuerza necesaria para mi trabajo, cada día me la dan ellos, los residentes, “mis niños” como yo les llamo muchas veces; que en esos momentos tan complicados de sus vidas son capaces de compartir contigo.
Te encuentras sin saber cómo en una espiral donde te inunda, te compromete, te llena y te lleva a entregarte cada vez más.
En el poco tiempo que llevo también guardo momentos muy emotivos como el día de mi nombramiento como voluntaria, las actividades de la Navidad, las visitas a centros de la Orden, procesiones. En fin un montón de valores que a fuerza de compartir, hacen nuestras vidas un poco más agradables cada día.