Una noche de asado

Quisiera contaros una magnífica noche de asado que hemos organizado en mi casa.

Lo especial de la velada era que mi marido, yo y  nuestros tres hijos habìamos invitado a cinco religiosos.

Estábamos muy emocionados. Es obvio que esperábamos que todo iba a salir de lo mejor, que habrìamos encontrado temas que nos habrìan interesado a todos, que harìa buen tiempo y que el  ambiente iba a ser agradable.

El tiempo transcurrìa y he aquì a nuestros huéspedes .

La acogida muy animada y familiar.

Mi marido después se ha dedicado al asado e yo he sacado  el mantel  que estaba en la mesa afuera y he puesto la mesa adentro porque habìa empezado a llover.

Los niños muy animados, como de costumbre despiertos y locuaces.  Pronto han surgido temas de conversación. Oyendo la atmósfera tan animada, se han agregado dos vecinos de la casa de al lado.. También  habìa dejado de llover y lucìa el sol.

Mi hija  mayor  ha decidido entonces organizar para dos de nuestros huéspedes una visita al pueblo y a la iglesia.  después de haber comido. Después hemos dado una vuelta en biciclleta.

Nosotros mientra tanto nos hemos sentado en la terraza y hemos  jugado y cantado. Los más pequeños estaban locos de contento.

Algunos hasta se han vuelto deportivos, haciendo ejercicios  con los zancos , en el badminton, waveboard etc. Otros con las burbujas de jabón, pintando piedras..en fìn lo hemos ensayado todo.

Eramos una gran familia.

La noche terminó con las velas encendidas  hablando de cosas alegres e interesantes

En otras palabras:  hospitalidad al estado puro.