Jinsuk Yu

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaborador

Corea del Sur

Jinsuk Yu

 

Trabajo en el Centro de Bienestar para Ancianos de Gwangju, Corea. Empecé a trabajar como miembro de la Familia de San Juan de Dios hace 8 años. Cuando comencé a trabajar en el Centro, me asignaron al servicio del programa de visitas a domicilio, que ofrece ayuda a las personas mayores que viven solas y tienen dificultades económicas o físicas. La mayoría de los ancianos vivían en viviendas muy pobres, en condiciones sumamente penosas. Viven solos y están distanciados de otros miembros de sus familias, que viven lejos y con los que no están en contacto. Cuando afrontaba estas situaciones, me desesperaba pensando en qué podía hacer para ayudar a estas personas mayores. Pensaba una y otra vez: "¿Cómo puedo ayudarles en sus situaciones tan penosas?". Sin embargo, descubrí que no era tan importante tratar de hacer cosas activamente para ayudarles, sino que lo más importante era permitirles compartir conmigo sus recuerdos e historias sobre el pasado. Yo intentaba escucharles desde la apertura mental. Tenía que ser hospitalaria para con esas partes de sus vidas que recordaban y atesoraban. Lo mismo sucedía con los ancianos que acudían a los programas de día del Centro. Todos apreciaban mucho la acogida calurosa y la escucha que les reservaba. Día a día voy aprendiendo que el apoyo financiero y los distintos programas no siempre corresponden a las necesidades más urgentes de las personas mayores: a menudo lo que más desean es conocer a personas que les hagan sentir acogidas y que deseen escucharlas. 

 

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