Nicole Pallado

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaboradora

Francia

Nicole Pallado

 

« la Hospitalidad exige una muerte de nuestro ser para que el otro nazca »

 

El 7 de mayo de 2009, llevaba casi 24 años colaborando con los hermanos. Ese día descubrí Granada (España), sede espiritual de la Orden Hospitalaria, ciudad donde San Juan de Dios, en 1537, sentó las bases de su institución. Ese viaje también fue un regalo de los hermanos: ofrecer a los peregrinos la oportunidad de caminar siguiendo los pasos de su fundador. Nerviosismo, emoción, alegría, felicidad…estaba emocionadísima. Igual temía este cara a cara con ese hombre al que su  bondad y su hospitalidad le transformaron en héroe de la caridad en la Andalucía del siglo XVI. En la puerta de la « Santa Cámara », los hermanos, los colaboradores y yo, en silencio absoluto, sentimos una presencia o más bien una protección paterna. Entrando en ese lugar santo, me encontré por vez primera con ese hombre que tanta veces había nombrado sin saber quien era realmente. Su mirada me daba la impresión que estaba allí presente, de rodillas, esperando mi visita. Su rostro marcado por el cansancio revelaba una fe inquebrantable. El estaba sereno. Me impactó la fuerza que se desprendía de su rostro. Esa fuerza pragmática es como una invitación a dejar morir nuestro ser para renacer de su espíritu, esta fuerza inspira y guía nuestra misión de hospitalidad para hacer que todos nuestros gestos revelen la ternura de nuestros sentimientos. Feliz por esa visita, ahora sé que lo que hago cada día tiene un sentido sólo si aplico lo que San Juan de Dios enseñó: « cuanto hicisteis a uno sólo, el más pequeño de estos mis hermanos, a Mí lo hicisteis ». 

 

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