Provengo de una familia humilde, he tenido que trabajar desde muy joven, desempeñando  labores muy pesadas y mal remuneradas, hasta que, hace quince años la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios me acogió como colaboradora en servicios generales, donde a través de su carisma y hospitalidad aprendí a servir con amor y  entrega.

Dos libros que me ayudaron a marcar las pautas para realizar mi labor fueron “Yo San Juan de Dios” y la Carta de Identidad.

En el 2008 recibí la estatuilla “El Bastón de San Rafael” por mejor colaborador de la Curia Provincial.  En el 2011 el Hno. Jairo Urueta Superior Provincial me brindÓ la oportunidad de ser Recepcionista, realizando  mi trabajo con dedicación hasta el día de hoy.

Los Hermanos a través de su forma de vida y consagración al servicio me han dejado grandes ejemplos ayudándome a transformar, no solamente mi vida sino la de mi familia y mi entorno,  como el Padre Jenaro que con su débil mano me daba su bendición, mientras yo  le ofrecía el último café que tomaría de mis manos; y el Hno. Joaquín Gaviria  que al verme exclamó el mejor alago que he recibido  “No vino Dios pero mando su ángel”

Estoy muy agradecida por ser parte de la Familia Hospitalaria, y soy testigo de cómo la nueva generación de hermanos y colaboradores transforman sus vidas para servir y mantener el   legado de San Juan de Dios a pesar de las dificultades que se presentan en la actualidad.