Angelo Sala

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Lombardo-Veneta

Angelo Sala

 

Me presento. Me llamo Hno. Angelo. Tengo 50 años de los cuales 30 de vida religiosa. Actualmente soy Superior de la Comunidad de Acogida Vocacional de San Maurizio Canavese, en la provincia de Turín. El centro donde se encuentra la Comunidad es un Centro Hospitalario de Rehabilitación. Los Hermanos desempeñan su servicio dentro de la obra. Hermanos y a Colaboradores trabajamos juntos para mantener vivo el espíritu de nuestro Fundador San Juan de Dios y el carisma de la Hospitalidad.

Además soy animador vocacional de la Provincia Lombardo Veneta.

Mi historia vocacional empezó en el lejano 1980, cuando conocí a los Hermanos a través de mi servicio de voluntariado en una de nuestras casas. Me atrajo el ejemplo y el testimonio de los religiosos que atendían a los enfermos en los servicios más humildes. Veía a estos frailes que se desvivían para que a los enfermos no les faltase nada e intentaban satisfacer todas sus necesidades. Eso fue lo que me hizo tomar la decisión de entrar en el Convento; opté por el camino de la Vida Religiosa que me llevó a la Consagración Religiosa en 1984.

Durante el periodo de formación recibí siempre enseñanzas profundas junto a un sólido y verdadero testimonio de Hospitalidad, de oración y de vida fraterna. 

Mis formadores siempre me enseñaron que nosotros, hermanos de San Juan de Dios, hemos de dedicar nuestro tiempo a la oración y al servicio del enfermo. También fueron profundas las enseñanzas sobre el carisma de la Hospitalidad.

Todavía hoy gracias a la formación recibida intento transmitir a los demás, sobre todo a los Colaboradores y a quienes trabajan con nosotros, el espíritu de nuestro Fundador. Poner en el centro al hombre enfermo y prestar una atención holística. Mucho he recibido y recibo también de mis Superiores cuando dicen que es importante estar cerca de nuestros Colaboradores. Acogerlos, formarlos y trabajar cerca de ellos, para que puedan tener ese espíritu de Hospitalidad que caracteriza a nuestra Orden.

La oración tiene una importancia fundamental. Juan de Dios pasaba muchas horas rezando. Tenía una relación profunda con Dios. No hacía nada sin plantear sus asuntos a Él. “ DIOS ANTE TODO Y SOBRE TODAS LAS COSAS DEL MUNDO. ”

Como religiosos, considero que es importante que nuestra vida sea una vida entregada a Cristo en el servicio del prójimo.  Ser verdaderos testigos del amor misericordioso del Padre. Ser hombres alegres y satisfechos por haber dado nuestra vida a Cristo. Para ser así debemos mantener un profundo dialogo con Él. Dedicar tiempo a la oración. Y pasar tiempo cerca de nuestros Colaboradores y enfermos. Otra actitud que no hay que perder es la del contacto directo con los enfermos. Volver de nuevo, en cuanto sea posible, a las habitaciones. En mi experiencia como Superior, he visto que nuestra presencia por las plantas hace que prestemos más atención a las necesidades del enfermo y de los Colaboradores. Me hace sentir aún más cercano a los diferentes problemas que puedan surgir y vivir afrontando las dificultades inherentes a la gestión (hoy compleja) de un hospital.

Creo que también hoy podemos hacer que se escuchen los pasos de Juan de Dios caminando por los pasillos de nuestros hospitales y mientras se agacha  para secar el sudor del hombre enfermo 

 

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