Isaac Alatako

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Africa

Isaac Alatako

 

Empecé a frecuentar a los Hermanos de San Juan de Dios en el 2008, ese año decidí ir cotidianamente a misa por las mañanas. Tenía dos opciones: mi parroquia o el noviciado de los Hermanos, ambas cerca de mi casa. Tras haber experimentado las dos opciones, opté por ir a las misas de los Hermanos.

En aquel entonces empecé a sentirme atraído por la vida de los hermanos en general y, en particular, por su estilo de animación en las misas (siempre vivas y profundas), en la liturgia de la horas (cantada de forma harmoniosa y siempre al unísono) y por el ambiente entre los hermanos mientras realizaban actividades manuales en el patio del noviciado. Me impactó la belleza de la vida comunitaria y esto me motivó a seguir a Cristo en la vida comunitaria. Entonces empecé mi verdadero camino con los Hermanos. Realicé mi primera experiencia en Tanguieta, en junio de 2009. Hoy en día me encuentro en el escolasticado de Nairobi ( Kenia), tras haber realizado mi primera profesión el 1 de mayo de 2013.

Tras varios años en la Orden puedo decir que por lo general todo va bien.

Personalmente puedo decir que gracias a la Orden ha habido muchos cambios en mi vida. Ante todo por la formación espiritual, humana, pastoral y comunitaria que he recibido en la Orden desde el postulantado hasta hoy. Doy gracias a Dios por los dones recibidos de los Hermanos de San Juan de Dios en mi vida. Hoy compruebo que mi relación con Dios es mejor que antes. Me siento más próximo de nuestro Señor y más involucrado en su misión de salvación. Gracias a mi formación religiosa he podido reconocer mi papel en este mundo y mi misión: acercar las almas a Cristo. En este tiempo de formación he empezado a entender quien soy yo: mi personalidad, mis cualidades y mis defectos. También he aprendido a aceptarme y a quererme. Esto me permite ser más abierto y vivir libremente mi vida confiando en mis hermanos y hermanas. En todas las comunidades donde he estado he podido ver en el estilo de vida de los hermanos un gran sentido de solidaridad, de familia y de amor. Me pregunto incluso si existirá alguna congregación mejor y más feliz que nuestra Orden. A menudo oigo decir que la vida religiosa es una rutina porque se basa sobre todo en la monotonía. Sin embargo yo he constatado que en los Hermanos de san Juan de Dios ocurre todo lo contrario. No se por qué, pero supongo que es por la estructura misma de nuestras comunidades que a menudo están metidas en nuestras obras (Hospitales) y esto nos permite colaborar directamente con los enfermos y con nuestros colaboradores.

Para mi el apostolado con los enfermos es un gran don que Dios puede entregar a quienes llama a servirle. Es una forma de comunión con el sufrimiento de Cristo, nos permite reconocer nuestras fragilidades y por lo tanto ser humildes al manifestar su atención y su amor por el prójimo. ¿Acaso no es este precisamente el objetivo de nuestra existencia en la tierra? 

 

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