Inmaculada Ortiz Lledó

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Voluntaria

España

Inmaculada

Ortiz Lledó

 

A lo largo de la vida hay acontecimientos que marcan,  Mi encuentro con  S. Juan de Dios fue una chispa que se convirtió en llama y que continuaría hasta el día de hoy.

San  Juan de Dios era el espejo de un Jesús que tiene `predilección por los pobres y sencillos.

Con las dificultades normales de cualquier recorrido siempre me sentí acogida, querida, valorada y aceptada por los Hnos. de S, Juan de Dios. La orden con sus enfermos, hermanos y voluntarios, para mi fue como un nido donde me desarrolle y mis alas tomaron fuerzas hasta emprender el vuelo.

La renovación de mi vocación en el carisma de S. Juan de Dios ha sido constante día tras día y año tras año. Fueron moldeándome el enfermo, el anciano, compañeros de camino, hermanos. De su mano el evangelio se ha encarnado y ha tomado vida. San Juan de Dios nos señala a Cristo que es “ la luz, la verdad y la vida” Quien le sigue ya nunca andará en tinieblas.

Durante tiempo trabajé como animadora de ancianos, como voluntaria en el albergue de S. Juan de Dios. Rostros de años, de historia, de abecedarios incompletos. Empecé a sentir y amar a los iconos  de Cristo: los enfermos y desposeídos de su dignidad.

Nos hacemos misericordiosos cuando bajamos de nuestro pedestal y nos acercamos a los caminos, y como niños miramos la vida, entonces el arco-iris sale como señal de estar donde debemos de estar y no en otro sitio. 

 

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