Nuno Lopes

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaborador

Portugal

Nuno Lopes

 

Vivir, sentir, difundir y caminar en la hospitalidad es sin duda alguna una opción para mi realización personal y profesional.

Conocí el legado de San Juan de Dios hace 13 años en uno de los centros de la Orden de Portugal, ejerciendo de enfermero, profesión cuyo patrono es San Juan de Dios. Hoy puedo decir que compartir los valores que vivo cada día es algo que me ha marcado desde el primer momento como profesional y me ha enriquecido como ser humano.

Ser capaz de acoger al prójimo en el sufrimiento, a través de pequeños gestos puede marcar la diferencia en el cuidado del ser humano. Así, dedicar mis días a vivir y practicar esta cultura hospitalaria en su globalidad, me permite sentir cotidianamente el deber de una misión cumplida.

El valor de la misión que San Juan de Dios nos ha transmitido es sin duda incalculable para nuestra sociedad y su transmisión es tal vez una vocación que abarcamos como miembros de la Familia de San Juan de Dios.

Para mí, la vocación al ejercicio de la hospitalidad se traduce en una predisposición para desempeñar una misión, basada en actitudes y comportamientos que revelan apego, dedicación, respeto y una atención espiritual hacia el prójimo.

La hospitalidad se presenta por lo tanto como una vocación. Cotidianamente intento dar una respuesta concreta y un significado a esta vocación, esforzándome constantemente por seguir el camino y las enseñanzas de San Juan de Dios.

Agradezco la oportunidad de vivir cada día la hospitalidad y espero que esta vocación siga fomentando en las personas que están a mi alrededor y en mí mismo esta energía que refuerza cada acción, inspirada por San Juan de Dios. 

 

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