LA HOSPITALIDAD EN MÍ. Un espacio para dar vida a una parte muy importante de mi proyecto personal.

Hace algún tiempo, en una convivencia sobre la vocación descubrí la cantidad de horas que hay en una vida laboral. Entonces, entendí que tendría que elegir muy bien a qué querría dedicarme en el futuro.

Me ayudó mucho al leer en el Libro de los Profetas, sentirme como el siervo de Isaías 49. Es decir, elegida y proclamada por Dios desde las entrañas de mi madre, con la vivencia apasionada y entrañable del amor de Dios. Una historia de salvación escrita para mí y así percibí mi primera experiencia de cuidado.

Fui descubriendo en mi interior esta pasión por cuidar y encajé como “anillo al dedo” con la Hospitalidad, donde encuentro el cuidar como la base troncal de mi misión. Como un buen jardinero, mi trabajo, desde la Dirección, consiste en cuidar este jardín terapéutico. Elegir las mejores semillas, regar, abonar, podar y esperar que los enfermos y las familias recojan los frutos de mi jardín.

Aquí es donde puedo compartir los valores con los que he crecido. Un proyecto vivo, abierto y en tránsito como la historia del pueblo de Israel. Con un proyecto innovador centrado en la persona, que acoge y acepta la semilla de cada uno. Un proyecto coherente y responsable con el momento que nos ha tocado vivir. Desde su salud biológica, biográfica y espiritual, para ofrecer el cuidado de la máxima calidad y con el mayor respeto, al estilo juandediano.