Cyrille
365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD |
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Hermano |
Africa |
Cyrille |
Vengo de una familia cristiana, mi padre es catequista en mi pueblo y durante muchos años trabajó con los misioneros Oblatos de María. Formé parte de algunos grupos de mi parroquia como por ejemplo: los monaguillos, los “jeunes de lumière” y el grupo vocacional. De ahí nació mi deseo de consagrarme a Dios, viendo trabajar a los misioneros en el hospital, viendo el servicio que prestaban a la población, sobre todo a los más pobres, a los huérfanos y a los enfermos.
Mi experiencia hospitalaria nace en 2002, de un encuentro con una hermana hospitalaria del Sagrado Corazón de Jesús. La conocí en una celebración eucarística de la jornada mundial de las vocaciones. Unos días más tarde, fui a visitarla porque quería saber si existía una rama masculina de su congregación. Así es como la reverenda hermana me habló de la Orden de San Juan de Dios. Me entregó un folleto elaborado por la que entonces era la Delegación General de Togo- Benín.
Tres meses después, me pidió que escribiera una carta al responsable de las vocaciones de Camerún. Camerún porque las hermanas están presentes allí y porque así esto me facilitaría el envio de correo. De repente, durante un año, se abrió para mi una nueva experiencia de vida: trabajé en el centro de acogida de niños y discapacitados de las hermanas de Madre Teresa de Calcuta. Para mi fue sin duda alguna una experiencia muy bonita. Fue precioso ver como esas religiosas se dedicaban a servir a todas las personas acogidas en su centro.
En 2004, el reverendo hermano responsable de las vocaciones de Camerún me contestó y se hizo cargo de mi viaje a Camerún. Apoyado por la reverenda hermana, decidí viajar a Camerún el 4 de octubre de 2004. Me acogieron en la comunidad de Nguti. Me encontré en un ambiente desconocido donde la vida me pareció difícil al principio. La comunicación fue difícil porque no conocía las lenguas del lugar y me encontraba de repente viviendo con desconocidos, todo ello representó entonces un nuevo viaje para mi. Tras esta experiencia de seis meses de vida comunitaria y apostólica, fui descubriendo poco a poco el origen, la vida y las obras de los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios.
En junio de 2005, me acogieron en el noviciado: fue el inicio de mi vida religiosa hospitalaria. Todas las etapas de formación me han permitido conocer la noble misión de nuestro fundador. El compromiso de los colaboradores de la mano de nuestros hermanos al servicio de los enfermos ha sido también para mi muy enriquecedor en todos los lugares donde me han mandado. En este momento me alegro de la decisión tomada y confirmo que mi “si” seguirá siendo un “si” de por vida.