Tommy Asei

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Papúa Nueva Guinea

Tommy Asei

 

Escribo este testimonio siendo un novicio de la Delegación Provincial de Papúa Nueva Guinea. Estoy completando mi formación inicial en el noviciado de la Delegación Provincial de Filipinas. Cuando llegué a Manila y fui a vivir a Amadeo, me impactó el hecho que la sociedad filipina está mucho más desarrollada respecto a la sociedad melanesia de mi país. Sin embargo, pronto me di cuenta de que la vida de los pobres siempre es igual, más allá del nivel de desarrollo del país. Naturalmente, nuestro carisma de la Hospitalidad siempre encuentra su lugar natural con los miembros más pobres de la sociedad. Como novicio de nuestra Orden, comencé enseguida a realizar mis experiencias en el apostolado trabajando al lado de los Hermanos filipinos. He aprendido mucho de ellos acerca de la Hospitalidad y de cómo nos llama constantemente a colocar a la persona necesitada en el centro de nuestras vidas. Cerca del noviciado nuestra Orden tiene un orfanato donde viven chicos con graves discapacidades mentales y físicas. Me ha gustado mucho trabajar con estos niños e intento ser como un hermano mayor para ellos. La Hospitalidad que acepta y sirve a estas personas con discapacidades es muy atractiva para mí por la historia de mi Provincia de Oceanía y de la Orden en Papúa Nueva Guinea, que incluye hogares, escuelas y servicios para personas con discapacidad. La Hospitalidad que mostramos a las personas con discapacidad también beneficia a sus familias y les consuela en sus dificultades y decepciones con los miembros con discapacidad de sus familias. 

 

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