Antonio Perilla Muñoz

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Colaborador

Colombia

Antonio Perilla Muñoz

 

Tenía 16 años, cuando los Hermanos que manejaban la Clínica de Chía, visitaban mi Colegio, haciendo apostolado; empecé a conocer la Vida de San Juan de Dios   y la misión que él realizó.

Esto empezó a marcar mi vida; luego estudié enfermería en la escuela San Rafael de la Orden; allí el Padre Perulan, continuó mostrándome el camino que siguió San Juan de Dios en la atención a los más necesitados.

Cuando terminé mis estudios, en el año 1981, empecé a trabajar en la Clínica de La Ceja, donde fui el primer hombre y uno de los pocos Auxiliares de Enfermería, que trabajan en esta institución.

Con lo aprendido en mi hogar y las motivaciones que recibí en las experiencias anteriores y en los programas de Pastoral de la Clínica, entendí que la VIDA SÓLO TIENE SENTIDO CUANDO SE SIRVE CON AMOR.

He tenido grandes satisfacciones viendo que los pacientes, especialmente los enfermos mentales, han recibido de mi parte acogida, trato cálido y humanizado que les ha hecho sentir que son personas merecedoras de todo cariño y cuidado y por las cuales vale la pena desgastar la vida.

Gracias a Dios por haber podido conocer la misión de San Juan de Dios, y compartirla con Hermanos y compañeros, que han hecho que durante estos 33 años en medio de ellos, mi vida esté llena de frutos que me satisfacen sabiendo que he realizado el BIEN, BIEN HECHO como predicaba San Juan de Dios. 

 

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