Boris Kegdigoma

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Africa

Boris Kegdigoma

 

Todos los seres humanos poseen el don de la hospitalidad de forma innata. Pero la hospitalidad se convierte en algo auténtico cuando se expresa, cuando responde a las exigencias de cada cultura y sobre todo cuando transmite vida.

En la historia de mi vocación puedo decir que conocí a los hermanos a través de la lectura. En el proceso de discernimiento y de orientación mi director vocacional me dio un articulo que hablaba de la vida de los Hermanos de San Juan de Dios. Al leer el artículo aprendí que había religiosos que se dedican al servicio de los demás brindando una hospitalidad muy diferente de la que yo creía que era la hospitalidad. Para mi la hospitalidad significaba simplemente acoger al huésped.

Aún hoy recuerdo a los numerosos enfermos que nos han dado las gracias por la atención que les hemos brindado. A menudo yo me decía a mi mismo que no habíamos hecho nada. Pero varios enfermos me han hecho entender que el tiempo que pasamos con ellos es muy valioso para ellos. Con estos testimonios he entendido que la hospitalidad va mucho más allá de la simple acogida. Ofrecer simplemente unos minutos de nuestro tiempo al prójimo, al que está sano o al enfermo tiene sentido y es el fundamento de la hospitalidad. Estas son las conclusiones que he podido sacar de mi experiencia sobre la hospitalidad.

Puedo decir que cuando tengo la oportunidad de ofrecer mi tiempo al prójimo el que se beneficia de ello soy yo porque siento un gozo interior que no logro expresar.

Este es mi testimonio sobre la hospitalidad y creo que podré aprender mucho más cuando termine la formación inicial 

 

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