Asamblea de Superiores Mayores
La
Asamblea de Superiores Provinciales se celebra en Roma del 3 al 7 de octubre de 2022, tras un paréntesis de dos años debido a la pandemia del covid-19. La asamblea es, como bien sabemos, un espacio
de convivencia, colegialidad y sinodalidad, para tratar temas que conciernen a
la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios.
El tema elegido este año tras los Capítulos Provinciales es: Líderes
de la Esperanza: Convocados por una Iglesia sinodal, se nos desafía a asumir
nuevos retos sobre cómo vivir la hospitalidad.
Objetivos:
1 - Reflexionar sobre nuestro estilo de liderazgo para promover un compromiso
alegre con el carisma hospitalario y poder acompañar la vida y el desarrollo
integral de cada Hermano según su estado de vida.
2 - Reinterpretar el servicio de liderazgo a
la luz de las transformaciones del mundo y de la Iglesia de hoy, abrazando la
diversidad y permitiendo que florezcan nuevos paradigmas institucionales y de
gestión.
Temas
principales:
1 - El
camino sinodal de la Iglesia: características generales, mística y
espiritualidad
2 - El
liderazgo de Jesús y el liderazgo en la Iglesia sinodal de hoy
3 -
Liderazgo, organización, gestión, responsabilidad, relaciones y redes
sistémicas
4 -
Presentación de algunas habilidades de liderazgo necesarias: escucha, diálogo,
discernimiento.
Metodología:
Experiencial / Participativa / Evaluativa
El Padre
General, el Hermano Jesús Etayo, en su homilía sobre el texto evangélico del
día, "El buen Samaritano", coincidencia feliz, insiste sobre la pregunta que el interpréte de
la ley a Jesús: "Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? La
vida eterna, nos recuerda el Padre General, es lo que da sentido a nuestra fe y
vocación. Sin la resurrección, nuestra fe es vana, como dijo San Pablo.
En su
discurso de apertura, el Padre General afirma que: La autoridad y el gobierno
en la vida consagrada deben ejercerse, a todos los niveles, con un estilo
sinodal, con amor fraterno, con diálogo, contando con los demás, escuchando a
los hermanos, a los colaboradores, a las personas que acogemos y a todos los
que nos rodean. Debemos acompañar a todos, especialmente a los más frágiles, y
ver con ellos cómo afrontar las situaciones de sufrimiento. A veces será
necesario animar o corregir, pero siempre escuchando y discerniendo, siempre
mostrando caridad.