Pascua 2021

Carta Circular del Superior General

 

¡No tengáis miedo, Ha resucitado!

 

A todos los Hermanos y Colaboradores, miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios

 

En este tiempo tan especial para todos, os envío a toda la Familia de San Juan de Dios y a todos los familiares y personas asistidas en los Centros y Servicios de la Orden, mi felicitación de Pascua, con el deseo de que el Señor Resucitado os llene de alegría y de esperanza. ¡Feliz Pascua de Resurrección!

 

Este año en muchos lugares del mundo tampoco podremos celebrar la Pascua como lo hacemos habitualmente. Como el año pasado seguimos con importantes restricciones en casi todos los sitios y nuestras celebraciones deberán continuar haciéndose con las medidas preventivas que se imponen a causa de la pandemia. Sin embargo y a pesar de ello lo celebraremos con toda la profundidad y alegría que supone la Pascua, la Resurrección, la victoria del Señor sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte.

 

En este año, a diferencia del pasado, vemos con más esperanza la situación, lo cual es un motivo más para dar gracias a Dios y celebrarlo durante la Pascua. La llegada de las vacunas, más allá de algunas polémicas, nos han traído la esperanza de que en poco tiempo la mayor parte de la población será inmunizada, de forma que podrá vencerse definitivamente a la pandemia. Así lo esperamos y deseamos que lleguen a todos los países del mundo, gracias a la solidaridad y a la humanidad de todas las naciones.

 

Por el camino durante este tiempo han quedado muchas personas que han fallecido y muchas situaciones de sufrimiento. A la pandemia sanitaria debemos añadir las pandemias económicas y sociales, políticas y éticas, espirituales y religiosas. Pandemias que traen más sufrmiento: por aumento de la enfermedad mental,  por falta de recursos económicos, por falta de empleo, por falta de valores éticos y espirituales que unan a todos en la búsqueda del bien común. Las consecuencias de la pandemia serán importantes y durarán tiempo. Es el viernes santo que vive nuestro mundo en la actualidad por la pandemia, pero sin duda existen y coexisten otras muchas experiencias de viernes santo, de viernes de dolor por otras causas como la violencia, los abusos, el hambre y la miseria, la injustica, la enfermedad y el vacío existencial que viven muchas personas.

 

En medio de está situación, la Pascua nos llama a confiar y poner nuestra firme esperanza en el Señor de la Vida, que también se solidariza con la realidad de sufrimiento que vive nuestro mundo  y que  Resucitado sale a nuestro encuentro, como salió al encuentro de las mujeres en la mañana de Resurrección: “Alegraos, No tengáis miedo, id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea, allí me verán”. En Él ninguna pandemia y ninguna otra situación de sufrimiento por cualquier causa, ni la muerte, tienen la última palabra, porque Él ha vencido todo eso. ¡No tengáis miedo. Alegraos!

 

A nivel de la Orden, la situación de la pandemia no ha tenido apenas variaciones respecto a mi última comunicación. No hemos conocido más contagios ni fallecidos, aunque si que algunas personas asistidas en algunos centros de la Orden con unidades covid-19 han registrado algunos fallecidos. Por el momento las cosas están más estables, a nivel sanitario y poco a poco van llegando las vacunas a muchos centros y comunidades de la Orden, que han sido ya inmunizados por tratarse de personal sanitario. Lo mismo está ocurriendo en centros de mayores y esperamos que en pocos meses llegará a todo el mundo.

 

Las repercusiones económicas de la pandemia para muchos centros de la Orden están siendo importantes en la actualidad y no sabremos su verdadero alcance hasta que no termine, pero sin duda, en algunas de nuestras Obras se crearán situaciones de dificultad importante.

 

Como signos de Resurrección y Esperanza, quiero señalar una vez más, la entrega y la gran creativad que nuestra Familia de San Juan de Dios está desempeñando durante este tiempo para asistir a las enfermos de covid-19. La Orden ha entendido muy bien el momento de emergencia carismática que vivimos, en este momento. Es “la hora de la hospitalidad”. Se ha comprometido y se ha entregado de manera ejemplar, en línea con la tradición de la Orden y de nuestro Fundador San Juan de Dios. Lo sigue haciendo y en ese sentido lo vivimos en este tiempo como un signo de Pascua, de Vida y es que la hospitalidad evangélica al estilo de San Juan de Dios es generadora de Vida y de Esperanza.

 

Vivimos con esperanza el momento en el que será vencida la pandemia y que nos permitirá recobrar la posibilidad de realizar las muchas actividades programadas por el Gobierno General de la Orden, sobre todo aquellas que requieren presencia física, que también es muy importante. Todo lo que es lo estamos haciendo virtualmente. Esperamos que en la última parte del año podamos reanudar las actividades presenciales y que el próximo año, que están previstos los Capítulos Provinciales, se puedan desarrollar sin especiales dificultades.    

 

Que durante la Pascua vivamos la experiencia del encuentro con el Resucitado que nos llena de luz, de alegría y de esperanza  y nos envía a comunicarlo a los demás en nuestra vida cotidiana, sabiendo que Él nos acompaña siempre en el camino, como lo hizo con los discípulos de Emaús.

 

De parte del Gobierno General y de toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios de la Curia General,  ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General

 
 

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