Navidad 2020

Carta Circular del Superior General

   

¡Este año habrá Navidad!,  

 

A todos los Miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios

 

  Mis queridos Hermanos, Colaboradores, Voluntarios y amigos:

 

¡Este año habrá Navidad!, probablemente más humilde y más sencilla, pero el Niño Dios nacerá y vendrá para llenarnos de paz y de amor. Ni la pandemia que estamos sufriendo ni ninguna otra situación que asola nuestro mundo podrá arrebatarnos la Navidad. Como nos dice el ángel en la noche de Navidad: no tengáis miedo, os ha nacido un Salvador. (Cf. Lucas 2,10-11)

 

Con esta buena noticia os envío mi felicitación, con el deseo de que este año el Niño Dios entre en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestras comunidades y en todo el mundo llenándolo de luz y de esperanza, sobre todo donde el sufrimiento y la marginación golpean con más fuerza.

 

¡Este año habrá Navidad!. Es verdad que estamos viviendo el presente año condicionados especialmente por la pandemia del coronavirus que ha cambiado muchas cosas, ha cambiado nuestra forma y nuestro estilo de vivir y ha traído mucho dolor, mucha soledad y la pérdida de la vida de muchas personas.También ha traído consecuencias de tipo económico, social, ético y espiritual. Todavía no ha terminado y aunque confíamos que lo haga pronto, seguimos bajo la incerteza que provoca esta pandemia en todo el mundo.

 

Esta pandemia, como también nos lo enseñan otras situaciones que olvidamos fácilmente, nos ha puesto de manifiesto, sobre todo, la vulnerabilidad del ser humano. Hemos alcanzado muchos avances tecnológicos y de todo tipo, de modo que el ser humano, sobre todo en algunas partes del mundo, pensaba que era casi inmune, que estaba muy cerca del superhombre que algunos filósofos y tecnócratas vienen promoviendo. Sin embargo ha sido necesario solamente un virus para poner en jaque al mundo, a los sistemas sanitarios más avanzados, a los sistemas económicos y a todas las previsiones que se venían realizando. Ojalá aprendamos la lección de la humildad, para construir el mundo y la sociedad de una forma más humana y fraterna, más humilde y compasiva, menos prepotente.

 

Es uno de los mensajes que nos aporta la Navidad y que estamos llamados a celebrar con especial atención en esta ocasión. Este año también celebraremos la Navidad y en medio de tantas dificultades, el nacimiento del Señor nos ayudará a iluminar la realidad que estamos viviendo y sufriendo. Hemos de aprender para el futuro, de modo que pueda nacer algo nuevo, creativo y sobre todo más justo y más fraterno para el mundo, en línea con la Carta encíclia Fratelli Tutti, que recientemente ha publicado el Papa Francisco. ¡Este año habrá Navidad!. Será seguramente más humilde y silenciosa, pero más profunda, más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad y pobreza.

 

Durante este tiempo de pandemia, estamos aprendiendo a abrirnos a la esperanza, a encontrar recursos personales, sociales y religiosos que nos están haciendo ver que es posible superar esta complicada situación, si lo hacemos solidariamente y con fe. No sabemos cuando llegará el final, pero la esperanza en las vacunas y en nuevos tratamientos hace que veamos cada vez más cercano el final de esta “pesadilla”. Además confiamos que está experiencia vivida ayude a mejorar los sistemas de atención sanitaria y social y a crear una economía más fraterna que atienda los derechos de todos, especialmente de los más necesitados... y tantos otros sueños que esperamos se hagan realidad, también a nivel personal, familiar y de nuestra Orden.

 

Porque estamos llenos de esperanza, ¡Este año habrá Navidad!, aunque sea más austera y sencilla. La luz y la esperanza que nos trae el Niño Dios al mundo, a los enfermos, a los que sufren y a quienes son víctimas de cualquier agresión, marginación o catástrofe natural, llena de sentido pleno la Navidad de este año. Una esperanza que se fundamenta en la sencillez y en la humildad del Niño que nace en Belén y en la humildad de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

 

Humildad, esperanza, fraternidad y hospitalidad. Son las claves para salir de la pandemia y son las claves que nos ayudarán a vivir la Navidad con profundidad y alegría. ¡Este año habrá Navidad!. Acojámosla como María, la Madre de Jesús, que con esperanza y fe acogió a su Hijo, creyó firmemente en Él y fue su primera seguidora.

            

¡Gracias a todos los miembros de nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios en todo el mundo, que durante este año estáis sirviendo con gran empeño y sacrificio a los enfermos y necesitados a causa del coronavirus especialmente. Muchos Hermanos y Colaboradores habéis sufrido el contagio del virus y algunos han fallecido a causa del mismo. A todos nuestro agradecimiento sincero y a quienes han partido al Señor, nuestra oración y homenaje.

 

Deseo para todos, Hermanos, Colaboradores, Voluntarios, Bienhechores y amigos de la Orden, enfermos y asistidos en nuestros Centros y para vuestras familias, unas felices fiestas de Navidad y un próspero año nuevo 2021, ojalá ya libres del coronavirus. A los Hermanos y Colaboradores que estos días estaréis al servicio de las personas asistidas en nuestros Centros, especialmente el Día de Navidad, mi  sincero agradecimiento y reconocimiento en nombre de toda la Orden.

 

¡En mi nombre y en el de toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios de la Curia General,  Hermanos y Colaboradores, os deseo a todos una Feliz Navidad llena de paz  y de alegría!.

 

 

 

Hno. Jesús Etayo

Superior General

 

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