Para mí ha sido una bendición integrar mi vida y mi trabajo con la Orden Hospitalaria.  Estando en  el colegio conocí a los hermanos  y formé parte de un grupo juvenil  por algunos años, me vinculé en la  secretaría de  la Clínica Psiquiátrica San Juan de Dios de Chía y 2 años después me retiré voluntariamente. En el 2004  volví a vincularme en la Curia Provincial, siendo  ésta   una experiencia enriquecedora por la cual me siento privilegiada.

Como Asistente administrativo  he  tenido variedad de funciones,  apoyo las unidades de negocio,  realizo  actividades  administrativas diversas,   las que he buscado realizar  de la mejor manera posible,  dentro de un diálogo permanente con los hermanos quienes nos invitan a interactuar  con el otro  y a reafirmar una y otra vez los valores  de  la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios,  la hospitalidad, el respeto, la responsabilidad, la calidad del trabajo, la tolerancia con el otro y lo que es más importante la espiritualidad.  El énfasis de tratar al otro como si fuera uno mismo y recordando el amor que Dios nos da en todo tiempo y lugar,  viviendo con alegría  la oportunidad de servir.

Sin embargo  es fácil  perder el horizonte de la excelencia en el quehacer diario, por  la premura de la tarea, por  influencias  constantes de un mundo estresante,  pero apoyada en las Enseñanzas de Cristo y en el  testimonio permanente  de la Comunidad Hospitalaria,  busco no desviar mi camino,  ejecutar  mis funciones  con mayor efectividad y responsabilidad, sin descuidar el estar mirando el compartir con el otro, y,  de sentirme comprensiva y receptiva a las necesidades de los demás.