Richard Tawamana

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

Papúa Nueva Guinea

Richard Tawamana

 

Contacté con la Orden por vez primera cuando estaba en la escuela. Los Hermanos que vivían cerca del Liceo de Walamu realizaban muchos esfuerzos por apoyar a la comunidad católica. Tenían un centro de salud, enseñaban catecismo, realizaban servicios de comunión y otras actividades pastorales. Al acabar el bachillerato, volví a casa para vivir la vida sencilla de mi aldea. Un día, asistí a la ordenación de un franciscano, cosa que despertó en mí pensamientos de ser Hermano. La fraternidad que me atraía era la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Así, entré en la Orden e hice mi profesión temporal en 2007. Sucesivamente, asistí a una Facultad de Enfermería, donde obtuve la cualificación como Trabajador de Salud Comunitario. A continuación, ¡volví a Walamu, donde había asistido a la escuela! Ahí trabajé en nuestro centro de salud. Los domingos, llevaba a cabo el Servicio de Comunión para los pacientes católicos. También solía asistir y acompañar a nuestros pacientes cuando teníamos que remitirlos al centro de salud mayor más cercano, lo que significaba caminar durante 3 o 4 horas. Algunos de los niños que asistían a nuestra clínica padecían de serias infecciones en la piel, para las que no había medicamentos disponibles en Papúa Nueva Guinea. Cuando lo supieron los Hermanos y Colaboradores de Australia y Nueva Zelanda, compraron los medicamentos adecuados y nos los enviaron. Eso destacó para mí el sentido de la vocación hospitalaria, que nos conectan con una red internacional de personas dedicadas al servicio de los pobres, enfermos y necesitados. 

 

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