Sebastian Diolene

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Voluntario

Africa

Sébastien Diolene

 

He tenido el gran honor y el fraterno privilegio de compartir la vida de los hermanos de San Juan de Dios durante tres preciosos años , viviendo en la Curia General de la Orden en Roma. Tuve que residir en la ciudad eterna por motivos de salud y de estudios. Los hermanos me acogieron con los brazos abiertos en su comunidad bella y viva, me sentí muy a gusto desde todos los puntos de vista porque me consideraron desde el principio como un miembro más de la comunidad.

Al pedirme que hable de esta experiencia, tengo que reconocer que al principio sabía muy poco de la Orden Hospitalaria pero esta experiencia de vida me ha permitido vivir desde dentro el precioso carisma de la hospitalidad y dejarme seducir por él. Con un ritmo de vida marcado por la oración y la vida en comunidad, los hermanos estan siempre disponibles ante cualquier necesidad y se preocupan siempre por perennizar la obra de Cristo acogedor y compasivo.

Con su apertura y sensibilidad para con todas las personas, en especial enfermos y necesitados, los hermanos de San Juan de Dios abren sus corazones y ofrecen todo su ser en una dinamica de compasión que han heredado de su fundador, un perfecto seguidor de la opcion prefencial de Cristo por los pobres. No sabría decir a cuantas personas acogieron y apoyaron durante mi estancia,  y aún menos durante los últimos siglos, pero de una cosa si que estoy seguro: también han acogido a ángeles, porque han vivido en plenitud la invitacion del autor de la Epístola a los Hebreos: «No os olvidéis de la hospitalidad, gracias a ella, hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles. » (He 13,2) 

 

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