Soy Anthony. Quise ser Hermano religioso porque es una vocación de la vida de la Iglesia que aprecio mucho. Había visto que muchísimos Hermanos están al servicio de las necesidades cotidianas de las personas – y en especial de los pobres y de los enfermos. No sabía por dónde empezar a buscar una congregación de Hermanos en la que entrar, así que comencé a hojear el directorio telefónico en busca de información. Vi la dirección y el teléfono de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y me puse en contacto con los Hermanos, que me brindaron la oportunidad de ver cómo era la vida de un Hermano de San Juan de Dios. Vi que lo que inspira a los Hermanos es el espíritu de hospitalidad. No sólo lo expresaban unos hacia otros en la vida en comunidad, sino en el servicio a las personas pobres y enfermas que acudían a ellos pidiendo su ayuda. Conocí la vida del fundador de la Orden y supe que acogía a todo tipo de personas necesitadas en sus hospitales. Me pareció que San Juan de Dios era un gran modelo de servicio hospitalario y comencé a intentar seguir sus pasos en todo lo posible. Con el tiempo, me admitieron en la Orden y ahora estoy muy satisfecho de estar al servicio de los enfermos y necesitados.