Maria Do Carmo De Azevedo
365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD |
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Colaboradora |
Brasil |
Maria Do Carmo De Azevedo |
Conocí a San Juan de Dios en el 2000, gracias al Hno. Diamantino, cuando era profesora de la escuela de enfermería. En 2005 me quedé fascinada por él. El Hno. Augusto fue el responsable de ello ya que se encargaba de la animación espiritual y de la difusión del carisma de la Orden entre los hermanos y los colaboradores de las casas de Brasil.
Busqué en internet para enfocar históricamente la vida del Santo. Visité los lugares en los que vivió. En Granada me emocioné viendo la capacha de mendigo con la que recogía las limosnas y sentí de nuevo el eco de su voz: “¡Haced el bien hermanos a vosotros mismos por amor a Dios” Un hombre sencillo, que posiblemente ni siquiera sabía leer y escribir, consiguió hacer una auténtica revolución del amor. Se distinguió mostrando qué es hacer el bien, ayudar a los pobres y, cosa aun más admirable, sin tener medios económicos. Tocaba la sensibilidad de la gente. Conquistaba a todos con su carisma. El provocaba cambios. El está aquí y siempre lo estará.
¿Qué si he cambiado? ¡Muchísimo! Hoy trato de “hacer el bien bien hecho”, de ponerme en el lugar de los demás y de sentir que puedo y debo hacer las cosas de una forma diferente, amando. Trato de recordar humildemente que estoy aquí para ser verdaderamente útil.
Coordino el servicio PHV (Pastoral, Humanización y Voluntariado) del hospital San Juan de Dios de Divinópolis, tratando de poner en practica la humanización en el marco de la salud, gracias a la participación de 200 voluntarios.