Martín Cuenca Requena

 

365 TESTIMÓNIOS DE HOSPITALIDAD

Hermano

España

Martín

Cuenca Requena

 

Hace algún tiempo, cuando era más joven y lo quería entender todo básicamente desde la razón, incluso el porqué de mi Vocación y del Carisma al que había sido llamado, vivía la Hospitalidad como una sucesión de buenas acciones en favor de los más pobres y enfermos siempre para ayudarles, pero esto aunque era bueno, necesario y bonito dejaba en lo profundo de mí una enorme sensación de vacío que no podía llenar  y  no veía  la causa porque a mi manera de entender estaba haciendo lo correcto ayudando y haciendo el bien a personas que lo necesitaban.

Pero gracias a Dios  se me abrieron los ojos, los ojos del corazón, a través de alguien que cada día solo reclamaba mi presencia junto a él porque estaba sólo en la vida, había salido de la cárcel y sabía que por su enfermedad no duraría mucho, a este joven que aún lo recuerdo, le conocí aquellos años en el Albergue de Barcelona, era anónimo, su cuerpo estaba maltratado por la enfermedad, no tenía a nadie y tampoco estuvo mucho con nosotros, pero a mí me enseño a SER HOSPITALIDAD.

Desde entonces tengo una experiencia distinta de hospitalidad, la hospitalidad que me acompaña hace que me pueda mover con ternura y delicadeza entre las personas más vulnerables y entre nuestros colaboradores compartiendo con todos la alegría y la tristeza, la escasez y la abundancia, el sufrimiento cotidiano, el ánimo y el  desánimo, cosas que a todos nos unen con el mismo lazo. Regalando siempre mi experiencia de amor y misericordia.

VALE LA PENA “IR AL SON  DE LA HOSPITALIDAD”. 

 

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