Mis queridos
Hermanos, Colaboradores y miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de
Dios
Con motivo de la
celebración de la solemnidad del Patrocinio de la Virgen María sobre la Orden Hospitalaria,
Patrona de nuestra Familia Hospitalaria de San Juan de Dios el próximo 18 de
noviembre, tercer sábado del mes, deseo enviaros mi felicitación e invitaros a
celebrar la fiesta de Nuestra Madre con devoción y alegría.
Uno de los
bienes más preciados en el momento actual es la paz. Los conflictos armados por
desgracia están aumentando peligrosamente en el mundo, aunque con diferentes
modos y rostros. Muy pronto, casi al inicio de su pontificado, el Papa
Francisco habló ya de que la tercera guerra mundial estaba en marcha (BBC News
Mundo 13.09.2014 y muchas otras veces), por la cantidad siempre en aumento, de
conflictos armados con características y formas nuevas debido sobre todo a la
globalización, las redes sociales y los medios de comunicación. Incluso se
habla de guerras televisadas. Las consecuencias las sabemos: muerte de muchas
personas, desplazados, hambre y miseria etc., en muchos sitios.
En nuestra Orden
ha habido siempre mucha devoción a la Virgen María, bajo la advocación de
Nuestra Señora de la Paz. De hecho, algunas Provincias y Casas han llevado su nombre
hasta muy recientemente (La fotografía adjunta corresponde a nuestro Casa de
Córdoba en España). Nuestro mundo ha vivido siempre bajo el conflicto armado y
la guerra, de formas diversas. Muchas veces se ha prometido a sí mismo no
volver a declarar guerras, pero los seres humanos tendemos a repetir los
grandes errores desde los inicios del mundo y la paz se rompe con frecuencia en
mil pedazos. Seguramente también por esto en nuestra Orden, la paz ha sido
siempre una oración y una plegaria al Señor, a través de Nuestra Madre: !Danos
la paz!, que hoy os invito a pedirla con insistencia al Señor para el mundo,
comprometiéndonos al mismo tiempo, en la construcción de la misma. Es la paz
que cada día nos regala el Señor en la Eucaristía, para que la vivamos y la
distribuyamos a los demás. Ahí, Nuestra Madre de la Paz, no solo es
intercesora, sino que nos acompaña para ser también creadores de paz en el
ambiente que nos toca vivir. Como es
lógico pensar, el conflicto armado, la guerra más o menos abierta y más o menos
informada por los medios, también afecta a varias de nuestras Casas y
Comunidades en diversas partes del mundo. En este sentido quisiera recordar los
lugares donde la Orden está presente y cuya situación es más comprometida por
los conflictos armados y el terrorismo:
En África hay
dos Centros en medio del conflicto: Batibó en Camerún y Porga en Benín,
frontera con Burkina Faso. En ambos lugares los Hermanos han querido permanecer
porque además es prácticamente el único recurso sanitario. Pero ambas Casas
están en el centro del conflicto. Aunque algo más alejados, pero también
relativamente cerca los Centros de Tanguietá en Benín, no muy distante de
Porga, y el Centro de Nampula en Mozambique. Este último más alejado del
conflicto, que está más al norte del país, pero con mucha atención porque
pueden ir bajando hacía la ciudad.
En Europa
conocemos la guerra de Rusia contra Ucrania que dura desde febrero de 2022 y
allí encontramos una Comunidad de la Orden en la ciudad de Drohobycz. El
conflicto se está alargando mucho. Por el momento los Hermanos están bien y
están haciendo una gran labor humanitaria y evangelizadora con la ayuda de la
Provincia de Polonia y de toda la Orden.
Por fin, el
último conflicto armado que ha explotado, ha sido la guerra en Israel, algo que
de vez en cuando surge, aunque esta vez ha sido muy dura, desproporcionada y
atroz, por todas las partes, como sucede siempre en una guerra. A día de hoy el
conflicto no ha llegado claramente a Nazareth donde la Orden tiene una Casa y
una comunidad de Hermanos, también hay una comunidad de religiosas y un buen
número de Colaboradores. Ojalá nunca llegue allí. De todas formas el Superior
lo primero que hizo fue reunir a todos en el Centro y decirles que los Hermanos
nos les abandonarían y seguirían con ellos.
Lo que dijo el
Hno. Superior en Nazareth es lo que han dicho siempre los demás Hermanos,
incluso los que tienen el conflicto “en casa”. ¡Nos queremos quedar!. No
podemos abandonar a los enfermos, a los profesionales, al pueblo, porque es
ahora cuando más nos necesitan. ¡Qué ejemplo, qué testimonio de hospitalidad
tan emocionante!. Estos Hermanos son el orgullo humilde de nuestra Orden.
Este año, en la
solemnidad del Patrocinio de Nuestra Madre, os invito a rezar por medio de
Nuestra Señora de la Paz al Señor, para que llegue la paz al mundo, a todos los
rincones de la tierra. Recemos por nuestros Hermanos y por toda la Familia de
San Juan de Dios, que vive en medio del conflicto, para que la Reina de la Paz
les acompañe siempre y les ayude a mantener viva su fe y su fuerza. Seguir allí
en esas condiciones es “ser verdaderos campeones”, y solo es posible por un
especial regalo del Señor, que pedimos a la Virgen se los de cada día para que
sigan testimoniando la hospitalidad que vivió y nos inspiró San Juan de Dios,
aquella por la que dieron la vida muchos Hermanos y Colaboradores.
Deseo para
todos, en mi nombre y en el de la Curia General, una feliz celebración de la
solemnidad de Nuestra Señora del Patrocinio y le pido el don de la paz para el
mundo, para los Hermanos y para toda la Familia de San Juan de Dios, allí donde
las armas y el terrorismo no deja ver la luz de la paz y el amor.
Un abrazo
fraterno
Hno. Jesús Etayo
Superior General