La Asamblea
de Superiores Mayores se celebra en presencia en Roma del 23 al 27 de octubre
de 2023. La Asamblea es, como es bien
sabido, un espacio de escucha y donde se comparte, un espacio de colegialidad y
de sinodalidad, para tratar temas que conciernen la vida de la Familia
Hospitalaria de San Juan de Dios. El tema elegido este año es: « Salir
con Pasión para Promover la Hospitalidad » con vistas al Capítulo General que se
celebrará del 15 de octubre al 7 de noviembre
de 2024 en Częstochowa Polonia bajo
el lema: « Hospitality in a
changing Word » « La hospitalidad en un mundo que cambia ».
El Padre General, el Hno. Jesús Etayo, en su homilía sobre el texto del evangelio del día, Lucas 12, 13-21 ha insistido sobre la última frase que Jesús dice a sus discípulos sobre el hombre rico que acumulaba un tesoro, pero no para el Reino de Dios: «Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién va a ser´? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.» El único tesoro que cuenta, insiste el Padre General, es el Señor y su Reino.
Sin embargo,
en su discurso de apertura, el Padre General afirma que el Capítulo General
debe ser para nosotros un proceso de profunda renovación, que nos aleje del
peligro de caer en el desánimo y la comodidad, que a veces llevan a la
parálisis vocacional y al desencanto. Y haciéndose eco del Padre Gonzalo
Fernández, claretiano español, opina que, dada la situación actual de la vida
consagrada, algunos piensan que estamos viviendo los últimos tiempos de la vida
consagrada, que pronto desaparecerá. Y efectivamente, si esa es nuestra actitud,
que así sea. Hay, sin embargo, otra línea de pensamiento y de acción en la vida
consagrada según la cual estamos en un período de transición o dando los
primeros pasos hacia un nuevo modelo de vida consagrada. Entonces, la pregunta
es: ¿somos los sepultureros o las comadronas de la vida, los portadores de vida
de la consagrada?
El Padre
General ha concluido diciendo: Que el próximo Capítulo General nos ayude a
"ser portadores de vida para la vida consagrada", a dar luz, porque,
como Jesucristo y con Él, estamos llamados a dar vida al mundo y a darla en
abundancia (cf. Juan 8,12; 10,10), aunque esto signifique a menudo purificar
nuestra vida, para que pueda volver a crecer con más energía.