Hoy, día 18 de septiembre
de 2023, a las 10:30 horas, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha sido honrada
con una audiencia del Santo Padre con motivo del 150 aniversario de su misión
en la Farmacia Vaticana (1874 - 2024).
Unas 150 personas han
sido recibidas por el Papa Francisco, los Religiosos de la Orden y los Colaboradores
de la Farmacia Vaticana.
Recordamos también la
presencia de los hermanos del Curso de preparación a la Profesión Solemne,
venidos de todas las partes del mundo donde la Orden está presente.
Por supuesto, también han
participado muchas autoridades del Vaticano y de la Orden como: el Card.
Vérgez, Presidente del Governatorado, la Hermana Raffaella Petrini, Secretaria
General, el Padre General, el Hermano Jesús Etayo Arrondo, dos Consejeros Generales,
los Hermanos de la Curia General, el Prior y Director de la Farmacia, el
Hermano Thomas Binish, los Religiosos de la comunidad de la Farmacia Vaticana, el
Capellán de la Farmacia, el Padre Julián, etc.
En su discurso a los trabajadores
de la Farmacia Vaticana, el Papa les ha recordado que el farmacéutico no se limita a repartir medicamentos, sino que
transmite valor y cercanía; para dar el verdadero sentido de la Farmacia
Vaticana, que está llamada a aportar un "suplemento de caridad", llevando a cabo un servicio que, además de
la venta de medicamentos, debe distinguirse por su atención a las personas más
frágiles y por el cuidado de los enfermos. Se trata de un servicio
que prestan no sólo a los trabajadores del Vaticano y a los residentes de la
Ciudad del Vaticano, sino también a quienes necesitan medicamentos especiales
que a menudo son difíciles de encontrar en otros lugares".
En cuanto a los Religiosos,
el Papa se remonta a las raíces de la historia, recordando que la institución realizó un sueño del Papa Gregorio XVI, monje camaldulense
que conocía bien la importancia de la farmacia aneja al monasterio. Fue el
Beato Pío IX quien realizó este sueño, confiando al Superior General de la
Orden Hospitalaria de San Juan de Dios la tarea de crear una farmacia en el
Vaticano.
De hecho, dijo el Papa
Francisco, la Orden tenía una
larga tradición en este ámbito, ya que la farmacia de la casa religiosa también
atendía a los forasteros en muchos lugares. Así, el Hermano Eusebio Frommer, un religioso de la Orden, fue elegido
como el primer farmacéutico, y su historia única comenzó. ¡Hace 150 años!
Todavía recordando, casi hojeando juntos un álbum de fotografías, es bueno
recordar un momento importante, a saber, el servicio de vuestra Orden durante
el Concilio Vaticano II. Todas las mañanas, antes del comienzo de las sesiones
del Concilio, los locales de la Farmacia se llenaban de Obispos de todas las
nacionalidades para comprar medicamentos, y mientras un pequeño grupo de
religiosos consagrados intentaba satisfacer las peticiones en las diversas
lenguas, otros dos religiosos enfermeros estaban presentes en los puestos fijos
de primeros auxilios, junto con un médico y dos camilleros, para cualquier otra
necesidad.
El Papa agradece a todos
los presentes e invita a la comunidad de los Hermanos, a los farmacéuticos,
colaboradores y empleados, a seguir adelante con generosidad, en esta misión
que no es un simple oficio, porque cada día podéis hacer mucho bien, tanto para
que el servicio de la Farmacia Vaticana sea cada vez más eficiente y moderno,
como para manifestar ese cuidado atento y esa acogida solícita que son un testimonio
del Evangelio para todos los que entran en contacto con vosotros.
Sus últimas palabras: tened mucha paciencia, recordando que la
paciencia es la prueba de fuego del amor. Y, como consejo espiritual: de
vez en cuando levantad los ojos al
Crucifijo, dirigiendo vuestra mirada al Dios herido y con llagas. El servicio
que hacen a los enfermos es un servicio hecho a Él. Y es bueno sacar del Médico
celestial la paciencia y la benevolencia, y la fuerza para amar, sin
cansarse. En su escuela, desde la
cátedra de la cruz hasta el mostrador de la farmacia, sed también vosotros
dispensadores cotidianos de misericordia. Os bendigo y os pido, por favor, que
recéis por mí. Gracias.
Al término de la
audiencia, hacia las 11.00 horas, los hermanos han tomado un aperitivo y han
visitado por primera vez para algunos, la Farmacia Vaticana, en la que ya se
estaba trabajando.