“Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor” (Lucas 2,14)
A Todos los Miembros de la Familia Hospitalaria de
San Juan de Dios
Mis
queridos Hermanos, Colaboradores, Voluntarios y amigos:
Nos
acercamos a la Navidad y quiero enviaros mi felicitación, con el deseo de que
el nacimiento del Señor llene de alegría nuestros corazones y especialmente
este año llene de paz la vida de cada uno de vosotros y de vuestras familias,
sobre todo la vida de nuestro mundo amenazada y traicionada por la marginación,
la violencia y las guerras, que por desgracia no cesan.
Fueron
las palabras de los ángeles, anunciando la llegada del Salvador a los pastores
en la noche de Navidad: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra Paz a los
hombres que ama el Señor... hoy os ha nacido vuestro Salvador” (cf. Lucas 2,
11.14). Dios no nos abandona en los tiempos actuales de conflictos y
guerras que vive nuestro mundo. Se encarna, se hace uno de nosotros para ser portador
de Vida y constructor de la Paz, para estar con las víctimas de los conflictos,
sufriendo y muriendo con ellos, pero con la esperanza que la Paz y la Vida
darán paso a la guerra y a la muerte.
Lo
hace naciendo pobremente, rebajándose
hasta el extremo, para proclamar la dignidad de todas las personas, especialmente
de los más débiles. Es el gesto más grande jamos visto de hospitalidad.
Dios se hace hombre desde abajo, tomando nuestra condición, naciendo en un pesebre porque no tenían sitio en la
posada, como los más pobres. Dios se humaniza y a todos nos declara
sus hijos, por los que está dispuesto a darlo todo, incluso su propia vida,
como así fue. Es la hospitalidad que garantiza la Vida y la Paz, de la que
estamos tan necesitados. ¡Gloria al Niño que nace pobre en un pesebre, Gloria a
Dios que nos trae la Paz!.
La
Hospitalidad y la Paz van unidas siempre y especialmente en esta Navidad. En
este tiempo y siempre es justo que tengamos presente en nuestra oración y en
nuestro compromiso personal, comunitario, familiar y de toda la Familia
Hospitalaria de San Juan de Dios, a todas las personas enfermas, pobres y que
sufren cualquier marginación, especialmente aquellas que vemos y asistimos cada
día en los Centros y Servicios de la Orden. Para ellas nace el Señor y a ellas se
les ofrece la mirada de un bebé recién nacido que transmite alegría,
ternura, amor y en este caso, vida y una compañía que no nos dejará nunca,
porque lo apuesta todo por nosotros. ¡Es como la nueva vida que con frecuencia
los recién nacidos dan a los abuelos, con su sonrisa y vitalidad!.
En
estos tiempos en los que crecen los conflictos armados, el terrorismo y los
ambientes agresivos de distintos tipos, quiero recordar de forma particular la
presencia de nuestra Familia de San Juan de Dios en algunos de esos lugares
promoviendo la Paz a través de la Hospitalidad. Como sabéis hay tres
situaciones difíciles en África donde nuestros Centros están cerca o en medio
del conflicto: Batibó (Camerún), una situación que dura años en el sudeste del
país, frontera con Nigeria. Los Hermanos y Colaboradores de manera ejemplar
siguen allí presentes ofreciendo atención sanitaria y social a la población,
poniendo en juego la propia vida. Por otro lado, se están produciendo ataques
de grupos yihadistas en el sur de Burkina Faso frontera con Benin, donde la Orden
tiene dos Centros, uno en Tanguietá y otro en Porga, el cual pasa por momentos
verdaderamente inquietantes. Lo mismo sucede al norte de Mozambique, donde
desde hace un tiempo grupos yihadistas realizan ataques y han entrado en la
Provincia de Nampula, donde la Orden tiene una Comunidad.
Además
de lo indicado en África, en febrero hará un año de la invasión rusa de Ucrania
con lo que está suponiendo de muerte y destrucción, sin saber hoy en día ni
cuándo ni cómo terminará. Más allá de las consecuencias que este conflicto está
teniendo, la Orden tiene una comunidad religiosa en Drohobycz, al este del
país. Los Hermanos, desde el primer día han decidido mantener su presencia en
medio de la gente, ayudando y ofrenciendo lo que tienen y lo que con las diversas
campañas organizadas se les puede enviar, pero sobre todo con su propia
presencia.
Son
cuatro presencias de la Orden donde el conflicto y la guerra llenan de
sufrimiento la vida de sus habitantes. Son cuatro presencias que nos ofrecen un
testimonio vivo de la Hospitalidad evangélica de San Juan de Dios. Acompañando
y ofreciendo asistencia sanitaria, social y espiritual, apuestan por la Paz que
el Niño de Belén nos trae en la Navidad. Por eso quiero agradecer a todos
nuestros Hermanos, Colaboradores y Voluntarios de esas presencias su compromiso
ejemplar, poniendo incluso en peligro sus vidas. Esto es lo que hace crecer a la
Familia de San Juan de Dios que 450 años después de su aprobación por la bula
Licet ex debito, nos sigue emocionando con estos ejemplos de Hospitalidad y
de Paz, expresiones de la Navidad de 2022. ¡Qué la Paz llegue este año a estos
lugares y a todos los lugares del mundo! ¡Cada gesto de Hospitalidad y de Paz
que realizamos, es un memorial de la Navidad, de la presencia del Niño Dios en
el mundo!.
Deseo
para todos, Hermanos, Colaboradores, Voluntarios y amigos de la Orden, personas
asistidas en nuestros Centros y sus familias, así como para vuestras familias,
unas felices fiestas de Navidad y un próspero año nuevo 2023. Para los que
estos días estaréis de servicio, especialmente el Día de Navidad, mi sincero
agradecimiento y reconocimiento en nombre de toda la Orden.
En mi
nombre y en el de toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios de la Curia General,
Hermanos y Colaboradores, os deseo a todos una Feliz Navidad llena de alegría.!Qué la Paz reine en nuestros corazones!.
Hno. Jesús Etayo